Ya llevamos hablando varias semanas de los diferentes metales preciosos famosos por excelencia. El oro y la plata. Incluso vimos brevemente la historia del oro -y como en base a su valor, podemos determinar lo que nos han estado robando los gobiernos en las últimas décadas vía inflación, y por otro lado, la historia del patrón plata, y sus actuales usos actuales.

Hoy, cerraremos este serial, hablando de uno de los metales preciosos, que mayores revalorizaciones ha experimentado en la última década, llegando a adelantar al mismísimo oro: Efectivamente hablamos del paladio.

El paladio es un metal precioso que se encuentra en la familia de los metales del grupo del platino (PGM, por sus siglas en inglés). Junto con el platino, el rodio, iridio, rutenio y osmio, el paladio se utiliza en diversas aplicaciones industriales debido a su resistencia a la corrosión y su alta conductividad térmica y eléctrica.

No obstante, lo que lo hace realmente interesante, es el hecho de que es uno de los metales más raros -de encontrar-, y por ende, valiosos del mundo.

Y por si fuera poco, más del 50% de su producción anual, está concentrada en Rusia, mientras que el resto, se lo reparte Sudáfrica - el segundo productor mundial con casi otro 40% de la producción- Canadá y los Estados Unidos.

Y bueno, ya sabemos los problemillas de comercio con los que estamos inmersos con nuestros vecinos orientales de Europa. Sin duda, un aliciente, que llegó encarecer el precio de una onza de paladio a más de 3.000 dólares, esto es, prácticamente el doble de lo que por esas fechas costaba una onza de oro. Aún así, hay que añadir que la normalización de la guerra por parte de los inversores occidentales, ya ha hecho reducir su valor, ligeramente por debajo del precio del oro, en torno a los 1.500 dólares/onza.

Pero, independientemente de que sea escaso, ¿Por qué es tan caro?, y sobre todo, ¿Por qué su precio ha crecido de forma abrupta en los últimos años? Para que nos hagamos una idea, en 2017, no superaba los 800 dólares/onza, y hoy, seis años después, ya está en los 1.400, después de haber tocado en dos ocasiones los 3.000 dólares.

Para responder a esas dos preguntas, como hemos explicado al principio de esta newsletter, tenemos que entender que se ha vuelto muy codiciado debido -al igual que explicamos con la plata- a sus propiedades industriales, a saber; mayor eficiencia en materia de energía y reducción de la contaminación.

Vamos a verlo:

En primer lugar, se usa principalmente en la industria automotriz, donde se utiliza en los convertidores catalíticos de los vehículos para reducir las emisiones de gases de escape y colaborar en el cumplimiento de la normativa ambiental. De hecho, ha sido responsable de la absorción de más del 30% de las emisiones de CO2 de los vehículos a combustión de la última década. También se utiliza en bujías, sensores de oxígeno y en la producción de componentes de transmisión y frenos.

También podemos encontrarlo, aunque en menor medida, en la industria de la odontología, donde el paladio se utiliza en aleaciones dentales y coronas, debido a su alta resistencia y biocompatibilidad. Por cierto, este material, es el responsable de que una endodoncia fácilmente ascienda por encima de los 1.000 euros.

Y por supuesto, la joyería, y en particular, la relojería, donde se utiliza en la producción de componentes de precisión debido a su alta resistencia al desgaste y a la corrosión. Tanto es así, que todo buen reloj de marcas tan exclusivas como Swatch (UHR.SW) o Rolex, suelen llevar una capa de paladio, lo que también hace encarecer el precio de producto, y le otorga ese aura de reserva de valor.

Podría continuar con otros usos como la electrónica, la química, la medicina nuclear y hasta la industria espacial -recordemos su propiedad de fuerte resistencia-, pero creo que en general queda probado, su cada vez más codiciado uso.

No en vano, si vamos a la producción mundial de este metal, observaremos como la demanda no ha parado de aumentar, eso sí lentamente -es lo que tienen las materias primas escasas y raras-, y mientras hace una década su producción mundial era de 190 toneladas métricas, en 2021 ya aumentó a 220.

Por último, si te interesa este metal precioso, mucho más raro que el oro, y con abundancia de usos industriales, y los que quedan por llegar, hablamos de inteligencia artificial, computación cuántica o carrera aeroespacial, te dejo algunas empresas dedicadas a su extracción y comercialización: Anglo American (AMS.JO) o la canadiense Ivanhoe Mines (IVN.TO), la cual, está en estos momentos en máximos históricos.

Y si prefieres la inversión indexada, puedes darle un vistazo al ETF WisdomTree Physical Palladium (VZLB).