Hoy vamos con una de esas newsletter que simplificará el arte de la inversión a mínimos inimaginables. Te presento un vehículo de inversión simple, sencillo de entender y que no te llevará más de una o dos horas de gestión semanal para revisar el estado de tus finanzas. Hoy os hablo de los ETFs

Así pues, antes de meternos en materia, me gustaría comentar la figura de John Bogle. Para quien no lo conozca, Bogle era un gestor de fondos no excesivamente brillante, que a mediados de los años 70 se dió cuenta de una realidad: A largo plazo el mercado americano, siempre tiende a subir.

Por otro lado, el propio Bogle no era un fanático de las comisiones exorbitantes y la complejidad que venía con la inversión tradicional. Quería algo simple, accesible y eficiente.

Así que ya lo tenía. Necesitaba algo sencillo, barato y que pudiera ser rentable para la persona común alejada de los mercados. Es decir, un vehículo de inversión apropiado para el ciudadano promedio.

Así es como nació la sociedad gestora, Vanguard, y con ella los índices indexados y, como no, los ETFs -una solución que democratizó la inversión para todos-.

Ahora te preguntarás, "¿Qué es exactamente un ETF?" Bueno, un ETF, o fondo cotizado en bolsa, es un fondo de inversión que se negocia (en precio en tiempo real) en una bolsa de valores, similar a como lo haría una acción. Combina lo mejor de ambos mundos: la diversificación de los fondos y la flexibilidad de las acciones.

Y atención en este punto, que esto es muy importante. Si estás en Europa, los únicos ETFs en los que podrás invertir son los “ETFs UCITS”, conocidos por su regulación rigurosa y su enfoque en la protección del inversor. Mucho cuidado si tu broker ofrece un ETF sin la coletilla “UCITS”, porque estaríamos hablando de un derivado financiero (seguramente un CFD), sobre un ETF (posiblemente cotizado en EEUU). Y los derivados traen apalancamiento y riesgos desmedidos, justo aquello de lo que buscamos alejarnos.

Dicho esto, existen esencialmente dos tipos de ETFs:

Por un lado, tienes los ETFs de gestión activa, donde los gestores de fondos toman decisiones deliberadas sobre dónde invertir tu dinero, por supuesto, con base en sus análisis y fundamentos.

Y por el otro, los ETFs indexados, que son como un espejo que refleja el rendimiento de un índice específico. Y estos son sobre los que me gustaría hablarte.

Así pues, el dinero que dedicar a la inversión es limitado, y recuerda que la bolsa debe ser la última de tus preocupaciones. Por tanto, si tuvieras que elegir entre dos buenas empresas cerca de máximos como Nvidia (NVDA) o Microsoft (MSFT), ¿con cuál te quedarías? La respuesta es sencilla, con las dos, en una única operación de inversión.

Pero no solo con esas dos, también con Apple (AAPL), Netflix (NTFX)... y con todas las grandes empresas de los EE.UU. En particular, con las 500 mejores empresas que conforman el índice S&P500

Y es que los ETFs indexados te permiten estar vinculado a índices globales, dándote un pedazo de cada empresa. Desde el robusto S&P 500 en los Estados Unidos, hasta el DAX40 de Alemania y llegado el caso, nuestro IBEX35.

Y por cierto, aquí es donde viene otro punto importante. Busca siempre ETFs de acumulación, no de distribución. Los primeros reinvierten directamente los dividendos, sin que pasen por tí (con el gasto en comisiones e impuestos que ello implica).

Por ejemplo, ETFs como el Vanguard S&P 500 UCITS ETF (VUSA) o el iShares Core DAX UCITS (ETF), te permitirán estar invertido e indexado en índices de referencia tan importantes como el de EE.UU. y el de Alemania respectivamente, replicando el movimiento exacto de los mismo.

Pero es que hay más, ¿para qué replicar el movimiento de las empresas de EE.UU., cuando puedes quedarte con todo el mundo? Efectivamente, con los ETFs de tipo “MSCI World”, estarás invertido en las mejores empresas del mundo, ya que el índice MSCI World incluye las 3.000 empresas más grandes del mundo, de 50 países diferentes. Por lo que si inviertes en el iShares Core MSCI World UCTIS ETF (Acc) (EUNL) o en el Xtrackers MSCI World ICTIS ETF, estarás diversificando tu aportación mensual en hasta 3.000 empresas del mundo. Con todo, la salud financiera del planeta, será equivalente a la salud financiera de tu cartera.

Y por supuesto, para los amantes sectoriales, también existen ETFs indexados a índices que muestran el comportamiento de determinados sectores. Por ejemplo, si cogemos el índice MSCI Genomic Innovation, que incluye a las 100 mejores empresas del mundo que están haciendo avances en este sector, podremos invertir en el Xtrackers MSCI Genomic Healthcare Innovation UCITS ETF (XGEN), un ETF que replica el comportamiento de dicho índice. Y así con IA, motor, medicina, deportes…

Con todo, los ETFs se están consolidando como una nueva forma de inversión sencilla, práctica, barata y amplia, sin necesidad de correr riesgos extremos. Y además, como los principales índices siempre tienden a crecer gracias al avance del mundo, tu cartera sin apenas supervisión también crecerá con ellos.