En los últimos meses, se está hablando mucho del impacto ambiental que tienen los aviones y hay un debate abierto sobre la forma de reducir contaminantes en este medio de transporte que usan en torno a 12 millones de pasajeros al día.

Aunque se han llegado a invertir miles de millones de dólares para desarrollar combustibles más ecológicos, parece que la alternativa de futuro está en la electrificación de la aviación. Según los expertos, supondrá una forma no solo de reducir las emisiones de C02, sino también de abaratar costes.

Si en 2009 había cinco proyectos de aviones eléctricos en el mundo, ahora ya hay 170. Es decir, en poco más de una década, el número de proyectos se ha incrementado un 1.600%.

En la carrera tecnológica por los aviones 100% eléctricos que ha arrancado este año, han unido sus fuerzas gigantes como Airbus, Boeing, Siemens o Rolls-Royce. De hecho, los dos primeros ya trabajan en propuestas avanzadas para incorporar una solución híbrida en la que se combinen motores eléctricos y de combustión.

Según un informe de Citi, está previsto que los primeros aviones eléctricos comiencen a volar en 2022, mientras que los primeros vuelos regionales eléctricos podrían ser una realidad en 2030. Antes "se requiere un salto cualitativo en la tecnología de las baterías", ya que actualmente haría falta una de 500 toneladas para hacer despegar un avión, cuando el peso máximo para el despegue es de 70 toneladas.

Sin embargo, sí que se han presentado ya prototipos ligeros para distancias de corto radio, como el "Alice", de la empresa israelí Eviation Aircraft; el E-Racer, de Condor; o el avión eléctrico de Rolls Royce, capaz de volar a 480 kms/h, gracias a motores de 1.005 caballos y a 6.000 celdas de baterías.

También hay proyectos de aerotaxis, como el que está desarrollando Uber en colaboración con Hyundai y con el que se crearía un nuevo modelo de negocio.