La imparable expansión de la plataforma de vídeo en streaming Netflix, que ya cuenta con más de 125 millones de abonados en todo el mundo y que tiene una capitalización bursátil superior a 150 mil millones de dólares, ha revolucionado el sector del entretenimiento.

Ya se habla del "efecto Netflix" para referirse a la cantidad de empresas del sector vinculadas a la alta demanda de series y películas que ha impulsado la compañía californiana, en lo que se puede llamar una convergencia 3.0.

En primer lugar, habría que mencionar a las productoras de contenidos, ya que, aunque una buena parte del catálogo de Netflix sea de producción propia, son varias las compañías con las que el gigante tecnológico ha ido colaborando a lo largo de su trayectoria, como Disney o Marvel. Precisamente, Disney va a pasar a ser competidora de Netflix, al haber anunciado el lanzamiento de su propia plataforma de vídeo en streaming. Apple también está preparando la suya.

Por otra parte, para los consumidores que visualizan los contenidos audiovisuales a través del smartphone, los fabricantes de móviles tienen que desarrollar modelos cada vez mejores, lo cual implica una constante apuesta por la innovación y el desarrollo tecnológico.

Esta mejora en la experiencia visual también atañe a los fabricantes de televisores, que aprovechan el reclamo de Netflix y de otras plataformas similares para aumentar las ventas de sus pantallas OLED, con acuerdos exclusivos.

Otra área de la industria beneficiada por el "efecto Netflix" es la de los videojuegos. No son pocos los que están basados en series o películas y viceversa, por lo que tanto desarrolladores como distribuidores tienen en estos contenidos un nicho en crecimiento.

Por último, cabe destacar el papel que desempeñan los proveedores de Internet en el auge del vídeo en streaming. Aquellos que ofrecen una conexión más rápida y estable tienen mejores perspectivas de futuro.

El definitiva, las formas de consumir entretenimiento han cambiado completamente en la última década. Cada vez son más los consumidores que prefieren elegir qué quieren ver y cuándo, por lo que las empresas implicadas en atender esta demanda tienen más posibilidades de seguir creciendo.