En primer lugar, se que estábamos a mitad de un serial de inversión en metales preciosos, pero lo interrumpo momentáneamente para hablar nuevamente de las pensiones, en este caso de la última propuesta de reforma de las pensiones presentada a la Comisión Europea, y atención, aprobada por esta. Una propuesta de reforma injusta, empobrecedora a largo plazo, y que además no soluciona nada. En pocas palabras, en lugar de inspirarse en el modelo de pensiones nocionales de Suecia (que ya desgranamos aquí), para a muy largo plazo poner en la diana un modelo de capitalización privada, hecha balonazo hacia hacia arriba, ensanchando más si cabe la estafa piramidal, a costa de, literalmente, sangrar a los trabajadores.

Antes que nada hay que añadir, que la subida de las cotizaciones, afectará a todos, repito todos los trabajadores, y no a los “más ricos”, como se ha dicho. De hecho, ni siquiera eso es verdad.

Ahora sí, vamos a ver en qué consiste más detenidamente:

En primer lugar, se establece el mecanismo de equidad intergeneracional -bonito nombre para decir que se suben las cotizaciones-, para todos los salarios menores a 54.000€ anuales. De esta forma, entre 2023 y 2029 aumentarán las cotización en 0,6%, a saber; 0,5% como cotización social a cargo de la empresa y 0,1% a cargo del trabajador (aunque la realidad, es que todo se le quita al trabajador, a la empresa le da igual pagarte a tí, a tu fondo o al Estado ese 0,5% de más, es un coste más del salario, quedando menos salario neto) y a partir de 2029 se producirá un aumento de las cotizaciones al 1,2%, manteniéndose, como mínimo hasta 2050.

Y en segundo lugar, respecto a los salarios de los ricos, aquellos que cobren entre 50.000 y 90.000 euros, se les añadirá la cuota de solidaridad. Esto quiere decir que a partir de 2025 tendrán que empezar a cotizar un 1% más, aumentando cada año en 0,25%, hasta llegar al 6% de cotizaciones sociales extraordinarias en 2045.

De esta forma, el sistema pasa de ser contributivo a asistencial, fomentando la fuga de talento de los profesionales altamente remunerados, y con mayores niveles de productividad, y la economía sumergida entre los trabajadores de baja cualificación. Al fin y al cabo, aquellos que cobren entre 60.000 y 80.000€ anuales, podrían llegar a cotizar algo más del 65% de su salario -luego a parte está el IVA y todo lo demás-. Todo un incentivo para buscar su futuro lejos de España.

Y es que puede parecer que un salario superior a 50.000 euros, solo lo cobran unos pocos ricos, pero lo cierto es que más de 1 millón de trabajadores del sector privado (de los casi 17 millones de trabajadores activos que existen), se mueven en ese nivel, es decir, en torno a un 7%-8% de los mismos.

¿Ahora se entiende mejor, que explica la fuga de la sede fiscal de Ferrovial, complejo en el que curiosamente solo trabajan altos directivos?

¿Y de verdad creemos que muchos otros no optarán por trabajar fuera de España, en cualquier país que les garantice mejores condiciones fiscales? Al fin y al cabo, un perfil con experiences ejecutiva, solo le distancia de estar fuera de España, su nivel de inglés/alemán, porque la experiencia en el mundo ejecutivo ya la tiene. Y no hablemos ya de profesionales extranjeros altamente cualificados. En lugar de atraer el talento extranjero, expulsamos al poco nacional que pueda haber.

Pero esperad porque hay una endiablada sorpresa mayor.

Realmente ni siquiera esta reforma es capaz de hacer sostenible el sistema de pensiones de España. A pesar del aumento de ingresos que supondrá, el sistema no se hace viable, y es que ya prácticamente entre 2 trabajadores tienen que sostener a un pensionista (aparte, parados y funcionarios). Entonces, ¿Cómo es que Bruselas ha aceptado esta reforma? Debido al siguiente punto:

Cada tres años, la Airef (organismo independiente del que el Ministro de Seguridad Social, Jose Luis Escrivá, fue su Presidente hasta 2019), revisará la sostenibilidad del sistema, y si ve indicios de que a largo plazo este sigue siendo inviable -cosa que lo es-, recomendará la subida de cotizaciones a todos los trabajadores, y estas subirán automáticamente por Ley sin pasar por votación parlamentaria en Cortes. Y mucha atención, porque este es el motivo exacto por el que Europa ha aceptado la reforma que ha planteado Escrivá, porque tarde o temprano acabará haciendo el sistema sostenible a costa de los trabajadores, que verán como les suben las cotizaciones más de lo previsto allá por 2030-2035, cuando los boomers estén en su mayoría jubilados.

Por último, se ampliará el periodo de cómputo para el cálculo de las pensiones de 25 a 29 años, pudiendo descartar los dos peores a elección del trabajador.

Con todo, no solo se mantendrá el poder adquisitivo de los actuales pensionistas, sino que se podrán subir las pensiones no contributivas y las mínimas contributivas hasta un 75% y 60% respectivamente de la renta media de los hogares monoparentales. Y no solo eso, sino que habrá un complemento de brecha de género del 10% aplicable a partir de 2024-2025, -supuestamente por las molestias de género causadas de forma histórica-.

En definitiva, una propuesta de reforma -que sólo falta que se apruebe en sede parlamentaria, ya que Europa la ha aceptado- que acabará descapitalizando humanamente a España por falta de profesionales cualificados. Y si no hay personal cualificado, muy difícilmente se atraerán inversiones que potencien el valor añadido, por lo que la productividad se acabará estancando para pasar a decrecer a largo plazo.