Wellington, capital Nueva Zelanda, recientemente ha comunicado ser la última ciudad en sumarse al carro de la planificación urbana en una realidad paralela digital, el llamado metaverso, un universo de datos y algoritmos inspirados en la vida real. Desde ahora, decisiones como trazado de nuevas calles, carriles bicis, parques y jardines, humedad, tráfico o el desarrollo de su puerto comercial, se desarrollarán en esta realidad paralela en base a datos reales de la ciudad real. Estas simulaciones permitirán advenir como cambios en la planificación urbana afectarían a su población virtual (que es una réplica de la real) para poder implementarlos o perfeccionarlos en la ciudad origen.

Pero vamos un pasito más allá, en 2017 arrancó el proyecto “Decentraland”, una ciudad virtual, con su propia moneda, el maná, donde ya a día de hoy sus “ciudadanos” se pasean por sus calles con avatares basados en los datos que les proporcionan. De esta forma, puedes tomarte una copa o ir al casino, donde quienes te atienden no son bots, sino empleados de la vida real, pero que trabajan en este universo paralelo, en lugar de en un bar o un casino común. Grandes firmas como Sothebiy´s o la digital Republic Realm ya han realizado inversiones cercanas al millón de dólares en terrenos virtuales de Decentraland.

Así pues, en palabras del Neal Stephenson, autor de laureados libros de ciencia ficción futurista como Snow Crash “el metaverso es una red de entornos virtuales tridimensionales e interconectados entre sí, que dan lugar a una superestructura siempre activa, con su propia economía, donde millones de personas interactúan ininterrumpidamente”.

En otras palabras, el metaverso serán las RRSS modernas. Cuando entras en una red social, interactúas, compartes vídeos, fotos o reflexiones (incluso puedes ganarte algo de prestigio social). Pero en el momento en el que las abandonas una temporada, la vida en la red social sigue, aunque tú no estés, se seguirán compartiendo vídeos o fotos. Algo similar es el metaverso, pero con experiencias personales. Donde te conectarás y podrás compartir tiempo con avatares de otras personas, tomar cafés o ir al cine, donde quienes te atenderán no serán bots (en muchos casos), sino gente que trabaja ahí. Pero que cuando decidas pausar tu experiencia virtual, ese mundo continuará desarrollándose.

Evidentemente, como ya ocurre en Decentraland, se crearán cientos de miles de puestos de trabajo completamente virtuales, desde los menos hasta los más cualificados, y remunerados con sus correspondientes salarios.

De hecho, Mark Zuckemberg, CEO de Facebook, ya ha comunicado que el objetivo es que en un plazo de 5 años, Facebook pase a ser de una red social a una empresa del metaverso.

Según el informe de Boomberg, Intelligence, “el metaverso ya está valorado en 500.000 millones de dólares y se espera que para 2030 tenga un valor de 2,5 mil millones”. De momento, ya existe hasta un fondo de inversión cotizado, Metaverse ETF de la neoyorquina Roundhill Investment, donde como inversor podrás colaborar con todas esas compañías que están trabajando en el metaverso.

De hecho, grandes empresas tecnológicas como Apple, Nvidia, Sony, o las asiáticas Alibaba o Tencent ya están desarrollando sus compañías, con inversiones de miles de millones de dólares, para posicionarse como portales de entrada a esa dimensión alternativa que se avecina.

Seguramente lo leído hoy te parezca algo todavía lejano, excesivamente futurista y muy ajeno, no obstante, me gustaría recordarte que a finales de los ´80 pocas personas entendían que era esa red de intercambio de información llamada Internet debido a la complejidad que entrañaba, sin embargo, en menos de 10 años, pasó de su no existencia a la forma de interrelación humana más utilizada que jamás haya existido…