Este año, se han detectado serios problemas de liquidez en grandes fondos europeos. El principal motivo radica en la tendencia a deshacer posiciones para hacer frente a reembolsos, lo cual puede originar grandes pérdidas cuando se trata de inversiones con poca negociación, como sucede con las empresas de pequeña capitalización ("small caps") y con los bonos de baja valoración crediticia (bono basura o "high yield").

Por ejemplo, dos crisis de liquidez de este tipo fueron las protagonizadas por el gestor británico Neil Woodford y por la gestora H20 Asset Management, del grupo Natixis, la cual sufrió reembolsos en uno de sus fondos por valor de más de 8.000 millones de dólares en dos semanas, después de que el Financial Times advirtiera del riesgo de algunas posiciones de renta fija en su cartera.

Así pues, para asegurarse de que los inversores son conscientes de estos riesgos, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) está obligando a los fondos con "small caps" o "high yields" en cartera, a incluir avisos no solo en el folleto, sino también en el DFI. Este es el documento de datos fundamentales que los distribuidores tienen que comprobar que ha leído el inversor y en el cual ha de reflejarse que la inversión en esos dos tipos de producto puede sufrir cambios en las condiciones de liquidez e influir en las condiciones que fijan el precio del activo.

El supervisor español está dando especial importancia a este riesgo de pérdida de liquidez, ya que se considera que es algo que puede convertir una recesión puntual en una crisis en los mercados.

Como ha quedado patente con el Mifid II, la transparencia en la información es un objetivo prioritario para el buen funcionamiento del sistema financiero. Cabe recordar, por ejemplo, los matices sustanciales que muchas veces se esconden tras la letra pequeña, como cuando al inversor le venden un fondo garantizado y las garantías están supeditadas a unas condiciones de las que se da una información poco visible.