Nuestras vidas están plagadas de riesgos y en este post vamos a hablar del riesgo que atañe a los que deciden invertir en activos financieros, por tanto, hablaremos sobre el riesgo financiero.

¿Qué es el riesgo financiero?

Entendemos el riesgo por »posibilidad de que se produzca un contratiempo o una desgracia, de que alguien o algo sufra perjuicio o daño». Por tanto, el riesgo financiero es la probabilidad de que surja un evento que tenga consecuencias negativas cuando estás expuesto al sistema financiero. El riesgo financiero es un concepto amplio y debe entenderse como la posibilidad tanto de obtener resultados financieros mayores de los esperados como menores. Desde la perspectiva de un inversor, el riesgo financiero hace referencia a la falta de seguridad que transmiten los rendimientos futuros de la inversión.

¿Qué tipos de riesgos financieros existen?

Una vez explicado qué entendemos por riesgo financiero, procedemos a desglosarlo. Debemos conocer cada uno de los factores del riesgo financiero. Éstos son:

  • Riesgo de crédito. Éste se produce cuando una de las partes de un contrato financiero no asumen sus obligaciones de pago.
  • Riesgo de liquidez. Se produce cuando una de las partes contractuales no posee la liquidez suficiente para asumir sus obligaciones.
  • Riesgo de mercado. Este es el riesgo asociado a los movimientos de los mercados financieros. Se puede separar en:
    • Riesgo de tipo de cambio. Ocasionado por la volatilidad de las divisas. Solo te afectará si inviertes en activos financieros denominados en otras monedas diferentes a la tuya. Por ejemplo, si somos inversores españoles, nuestra moneda es el Euro. Por lo tanto, si queremos invertir en la bolsa americana, tendremos que cambiar los euros a dólares y, luego, invertir. Cuando deshagamos la inversión, si no queremos volver a invertir en dólares, tendremos que volver a cambiar los dólares a euros. Este riesgo es importante tenerlo en cuenta, ya que puede hacer que aunque hayas acertado el movimiento, pierdas dinero con el cambio de divisa.
    • Riesgo de tipos de interés. Éste deriva de la volatilidad de los tipos de interés. Por ejemplo, si somos inversores de acciones, no nos conviene que suban los tipos de interés. La razón reside en que si los tipos de interés suben, la renta fija se vuelve más atractiva, ya que mejora su rentabilidad y, por tanto, habrá salida de capitales de los mercados de renta variable hacia los mercados de renta fija.
    • Riesgo de mercado. Éste se delimita al mercado, en concreto, aquel en el cual operes. Es decir, la volatilidad del mercado en el cual estás invertido. Por ejemplo, si inviertes en bolsa, en concreto, en acciones del Ibex 35, estás expuesto al riesgo inherente del mercado bursátil español.
  • Riesgo operativo. Posibilidad de pérdidas ocasionadas por errores relacionados con la operativa. Por ejemplo, con los procesos, personas, tecnología, etc.
  • Riesgo país. Es todo riesgo inherente a las inversiones y a las finanzas en un país en contraposición con otro. Por tanto, la situación general del país hay que tenerla en cuenta. Los datos macroeconómicos, la ideología del gobierno, la prima de riesgo de ese país, serían ejemplos claros. 
  • Riesgo sistémico. Se refiere al riesgo creado por interdependencias en el sistema financiero, en el cual, la caída de una entidad o grupo de ellas puede causar un fallo en cascada y hundir todo el mercado.
  • Riesgo legal. Cambios significativos en la legislación pueden ocasionar incertidumbre, pérdida de confianza e incluso, pánico.

¿Cuáles son los productos con mayor riesgo financiero?

En el caso español, la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha elaborado un ranking creciente por niveles de riesgo: 

  1. Clase A. Se encuadran instrumentos financieros en euros con un compromiso de devolución del capital en un plazo inferior o igual a tres años. El emisor dispone de un rating como mínimo equivalente al rating de España.
  2. Clase B. En esta clase existen dos tipos de productos financieros:
    1. Activos financieros de la clase A con plazo hasta los 10 años y un rating mínimo de »investment grade».
    2. Activos financieros de la clase A en divisa con plazo igual o inferior a 3 años y un rating mínimo de »investment grade».
  3. Clase C. Existen 3 tipos de productos financieros en esta clase:
    1. Activos financieros en euros con compromiso de devolución del capital de emisores con un plazo superior a 10 años. El mínimo rating del emisor es »investment grade».
    2. Instrumentos financieros en euros con un compromiso de devolución del capital igual o superior al 90% en un plazo igual o inferior a 3 años. El mínimo rating del emisor es »investment grade».
  4. Clase D. Resto de instrumentos excepto los de la Clase E. A partir de esta clase, nos encontraríamos con los productos financieros de renta variable, ya que en estos productos no hay compromiso de devolución de capital.
  5. Clase E. Derivados financieros.

¿Cómo minimizar el riesgo financiero?

La información es la primera herramienta de disminución de riesgo ya que cuanto más informado estés, mejores decisiones podrás tomar. Vamos a ver cómo se minimizan los tipos de riesgo mencionados en el apartado anterior. 

En primer lugar, para mitigar el riesgo de liquidez y de crédito, es necesario operar en mercados regulados, ya que estos disfrutan de una Entidad de Contrapartida Central. Esta entidad se interpone entre comprador y vendedor, garantizando el activo para el comprador y la liquidez al vendedor. Al mismo tiempo, una buena elección del broker también es fundamental.

En segundo lugar, para minimizar el riesgo de mercado y el riesgo país, tener una cartera bien diversificada es la clave. En el análisis de carteras en finanzas, encontramos que hay dos tipos de riesgo: el diversificable y el sistémico. El primero de éstos se puede mitigar practicando la diversificación, es decir, con la elección de diferentes activos financieros y que no estén correlacionados (o lo menos posible) entre sí. Por lo que respecta al riesgo sistémico, no se puede diversificar, ya que es común e inherente a todos los activos financieros. Un ejemplo claro es de cómo la quiebra de Lehman Brothers en 2008 es la antesala del colapso del sistema financiero mundial.  

Por tanto, el inversor, como mejor puede limitar su riesgo de cartera, en cuanto a elección de activos, es limitarlo al riesgo sistémico.

En tercer lugar, tenemos el riesgo legal que podríamos encuadrarlo con el riesgo país, ya que la legislación de una sociedad depende de la política y del gobierno.

Por último, el riesgo operativo viene relacionado con el operador, es decir, con el trader. Para minimizarlo, es necesario tener una buena formación, buena estrategia y buen sistema de inversión.

Claves para minimizar el riesgo en bolsa

En cuanto minimizar los riesgos de la cartera, una buena estrategia debe cumplir con 3 puntos claves:

  • Diversificación. Como ya hemos mencionado, elegir diferentes activos poco correlacionados dará mucha ventaja a nuestra cartera frente a situaciones adversas. Si invertimos en distintos sectores y países, reduciremos considerablemente nuestro riesgo en bolsa.
  • Utilización de Stop-loss. Limitar las pérdidas es fundamental para una estrategia ganadora a largo plazo. Utilizar Stop Loss en tu operativa bursátil te va a permitir controlar el riesgo de pérdidas desde el principio, en caso de movimiento desfavorable, tú decides en qué punto cortar las pérdidas cuando la acción baje.
  • Deshacerte de las acciones que no dejan de bajar. Es un error frecuente entre los inversores mantener en cartera acciones que llevan tiempo bajando y, con ello, no solo acumulan pérdidas, sino que también se arriesgan a perder toda su inversión. Tal es el caso de muchos inversores del extinto Banco Popular, una entidad bancaria española que estuvo cayendo en bolsa diez años seguidos.

Términos relacionados

Mercado de Valores

Draw Down

Stop loss

Referencias

Eurekers – Diccionario Financiero

Wikipedia – Riesgo Financiero

Investopedia – Financial Risk

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