¡Fumata blanca! Donald Trump y Ursula Von Der Leyen han firmado un acuerdo comercial que supone una auténtica claudicación a los intereses norteamericanos. Después de que, hace unos meses, Trump hiciera estallar las alarmas con su política arancelaria, EE.UU. y la UE acaban de alcanzar un acuerdo macro que evita una guerra comercial a costa de la sumisión del viejo continente. Por un lado, EE.UU. se compromete a imponer un arancel del 15% sobre la mayoría de las importaciones procedentes del bloque comunitario, en lugar del 30% que había amenazado aplicar a partir del 1 de agosto. A cambio, la UE renuncia a sus contramedidas —preparadas sobre 93.000 millones EUR en bienes estadounidenses— y no solo eso, sino que impulsará inversiones de 600.000 millones USD en EEUU y compras energéticas por valor de otros 750.000 millones USD durante lo que resta del mandato de Trump.

Trump y Von Der Leyen firman la paz comercial

 

Al final Trump se ha salido con la suya

Donald Trump en su libro The Art of Deal, plasmó de forma muy clara su estrategia negociadora:

«Pienso a lo grande y luego sigo empujando hasta conseguir lo que busco […] A veces me conformo con menos de lo que inicialmente quería, pero en la mayoría de los casos acabo consiguiendo lo que realmente deseaba».

Y esa máxima parece haber sido aplicada con éxito durante los seis primeros meses de su mandato. De hecho, desde la pantomima que fue el famoso Liberation Day, donde puso aranceles draconianos al resto del mundo, la cosa se fue relajando hasta llegar a un punto para él victorioso -porque ante su electorado se sale con la suya-, y para el resto aceptable. Así pues, desde abril de 2025, la Administración Trump ha desplegado su táctica de “pide mucho y luego negociamos” de la siguiente manera:

  • 2 de abril: anuncia un arancel global del 10 % sobre casi todas las importaciones provenientes de cualquier país.
  • 26 de marzo: ya había fijado un 25% sobre coches y vehículos ligeros importados.
  • 7 de julio: envía cartas a 14 países (incluidos Japón y varios europeos) señalando aranceles entre 25% y 40% si no se cerraba un acuerdo. Finalmente el pasado 27 de julio se cerró con ambas regiones un acuerdo de aranceles del 15%.

No obstante, y por fortuna para todos, es cierto que algunos productos/sectores quedarán exentos del nuevo acuerdo comercial (libres de aranceles), entre ellos, piezas de aeronaves, genéricos farmacéuticos, equipamiento de semiconductores y ciertos productos agrícolas.

¿Quién gana con estos aranceles?

Lo cierto es que nadie, o en el mejor de los casos unos pocos sectores empresariales que han hecho lobby con la Administración Trump. Más allá de eso, absolutamente nadie.

A nivel macro, ni EEUU ni la UE salen realmente beneficiados: para EEUU es un impuesto adicional sobre sus importaciones -debido a que con el tiempo tendrán que pagarlas más caras-, mientras que para Europa implica vender más caro -para cubrir el arancel-, y en consecuencia, perder competitividad frente a la competencia internacional y estadounidense. Sí que es cierto que en el corto plazo algunos sectores concretos -todos aquellos que incluyan las nuevas tarifas- es muy posible que experimenten cierto auge ya que la producción se relocalizará allí, o se verá incentivada de alguna manera, al resultar más caro que comprar en el exterior. No obstante, la historia ha demostrado en innumerables ocasiones que a medio/largo plazo, solo servirá para reducir la eficiencia de esas mismas industrias -al darles un privilegio estatal- al privarlas de la presión competitiva global.

¿Y cómo han reaccionado los mercados?

Para sorpresa de todos, los principales mercados financieros del mundo parecen haber celebrado la “cláusula de sosiego” tras el pacto. Por un lado, tanto el EUROSTOXX 50 como el DAX han amanecido en positivo en una sesión bastante habitual. Mientras que por el lado de EEUU más de lo mismo, los futuros del Nasdaq y del S&P 500 suben otro +0,52% y 0,4% respectivamente. Además, el tipo de cambio EUR/USD sigue en el umbral de los 1,17 – 1,18 dólares por cada euro.

Con todo, los mercados mundiales parecen celebrar el hecho de que al fin exista un acuerdo comercial entre los principales socios occidentales a largo plazo con el que empezar a funcionar los próximos años. Cómo afectarán estos aranceles al desarrollo y crecimiento económico global es algo que iremos viendo durante los próximos meses.

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