Albert Einstein nos dejó esta célebre frase, de utilidad también para su empleo en la inversión en bolsa:  “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.

En otros artículos hemos profundizado en aspectos como la valentía, la disciplina o la confianza, señalando que eran elementos clave para la operativa en bolsa. En esta ocasión, nos centraremos en la voluntad, considerándola como el motor que necesitamos poner en marcha para alcanzar estas capacidades y poder enfrentarnos al mercado con decisión. ¿Arrancamos?

Activa tu voluntad en bolsa

Si queremos cultivar todas estas habilidades, como inversores tenemos que activar la voluntad. Esta capacidad es la que nos va a permitir no ceder y perseverar aunque los resultados no sean inmediatos.

La voluntad es la fuerza que nos va a permitir que no cedamos a la influencia exterior –el mercado, la información de los medios, las opiniones de los demás-, pero sobre todo a no sucumbir a nosotros mismos debido a nuestros  pensamientos, emociones, diálogo interior o a la tolerancia que tengamos ante la frustración. Es la batalla interna que tenemos vencer antes de enfrentarnos al mercado.

Es la que nos va a permitir, además, perseverar en el tiempo, aunque los resultados tarden en llegar. En una operativa como la nuestra, de largo plazo, el tiempo es un factor fundamental para obtener resultados, y saber manejarlo pone la balanza a nuestro favor.

Como inversores, si queremos mantener nuestro foco de forma continuada en el tiempo, atravesando los obstáculos y las dificultades que seguro van a surgir, tenemos que poner en marcha esa voluntad que caracteriza a los inversores de éxito, y que algunos de ellos denominan como “tener una mente fuerte”.

Cuatro calves para invertir en bolsa sin ser experto

La motivación del inversor

Mantener una voluntad férrea, que no flaquea, ni renuncia por aburrimiento o cansancio, implica tener un nivel alto de motivación.Va a ser la gasolina que va a hacer que nuestro vehículo se mueva. Es la que nos promueve a la acción.

La motivación va a estar muy ligada a darle valor a lo que estamos haciendo. Tener siempre en mente qué queremos alcanzar como inversores –dirección-, así como comprender por qué hacemos cada pequeña cosa para lograrlo. La voluntad se consigue  dándole valor a las pequeñas cosas que estamos realizando.

Adoptar cada regla establecida por nuestro método implica un porqué. Si no lo sabemos, no podremos darle el valor que le corresponde, y la voluntad se resentirá. Conocemos, por ejemplo, que predefinir el riesgo en una operación significa que hemos decidido lo que estamos dispuestos a perder, o que poner un stop implica que no estamos dispuestos a perderlo todo. Todo tiene un porqué y no debemos olvidarlo.

El porcentaje de inversores que pierden dinero en los mercados está situado alrededor de un 95%, y esto está muy ligado, entre otros aspectos, a no tener la fuerza de voluntad requerida para operar en los mercados.

Nuestro estímulo principal como inversores debe ser “hacer las cosas bien”. Sabemos lo que hay que hacer en cada momento y lo hacemos. Lo marca nuestro sistema. ¡No hay más!

De la motivación a la acción

Pero la intención no basta. La motivación y, por tanto, la voluntad, vienen con la acción. Cuando nos iniciamos como inversores, igual que cuando empezamos cualquier actividad, “hacer lo que se debe” se convierte en un verdadero reto.

Dependiendo de la personalidad del inversor, para algunos será más fácil y para otros más difícil, pero la buena noticia es que acaba por aprenderse. A medida que vayamos practicando, iremos adquiriendo ese hábito, que se verá reforzado cuando veamos los resultados positivos que se van consiguiendo.

Si ponemos la fuerza de voluntad a nuestro servicio, acabaremos por adoptar la actitud adecuada para ser un buen inversor. Ya no pensaremos que es un esfuerzo ni un sacrificio, sino que pasará a ser una tarea fácil, sencilla y automática, sin que la mente quiera ya intervenir. Así que recuerda:

¡Motivación, Acción, Resultados!

¿Dispones de una mente fuerte para enfrentarte a ti mismo? ¿Entiendes el porqué de lo que haces cuando operas? ¿Ejecutas tu sistema fácilmente o tu mente quiere intervenir?

Activar la voluntad y ponerla a nuestro servicio, manteniéndola en el tiempo a pesar las dificultades, te permitirá adquirir una mente fuerte para operar los mercados.

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