La pandemia será recordada como una de las crisis más duras que ha sufrido Occidente este inicio de siglo. Pero también tuvo otras caras, ya que el encierro y unos tipos de interés muy rutilantes cimentaron un boom inversor y especulativo. Con dinero prácticamente «gratuito» con tipos cero e incluso negativos y mucho tiempo libre en una sociedad adicta a la información en tiempo real, el mundo de las startup vivió una época dorada.

Auge y caída del fenómeno startup

Con este curioso cruce de variables, la inversión en startup se multiplicó entre 2020 y 2021, lo que permitió el florecimiento de una gran diversidad de proyectos emprendedores. Entre ellos, unos pocos generaron gran valor, mientras que la mayoría tenían más bien una inspiración futurista o bien rozaban la categoría del meme.

Sin embargo, la crisis post-pandemia y el conflicto derivado de la Guerra en Ucrania ha invertido esta bonanza, con un aumento galopante de la inflación1¿Por qué la inflación no para de subir? y una subida de tipos sin precedentes para contenerla.2El BCE sigue en guardia contra la inflación3¿Qué es el tapering y que impacto tiene en los mercados? En lo que llevamos de 2022 y 2023, la inversión en startup ha caído por sexto trimestre consecutivo, y ya es inferior incluso a la del año 2018.

 

Una crisis particular que se lleva por delante a gran parte del ecosistema

Sin embargo hay una particularidad diferencial. En 2018, el número de empresas jóvenes que estaban en el sistema era mucho menor al de la actualidad, por no hablar de que entonces los tipos eran mucho menores. Dicho de otro modo: en una situación donde el capital-riesgo escasea, muchísimas pequeñas empresas que tan solo levantaron una primera ronda de financiación se quedarán sin acceso al capital que necesitan para seguir creciendo e incluso existiendo.

De hecho, en la actualidad, más del 80% de estas startup no tienen margen financiero para aguantar más de 12 meses abiertas, en un contexto en el que endeudarse significa el suicidio. Además, las salidas a bolsa durante este año han sido casi inexistentes.

En consecuencia, desde la firma de capital riesgo IVP añaden que si tenemos en cuenta que hay muchas más empresas tecnológicas y que estas están más integradas en todo el tejido social que hace 20 años -cuando ocurrió el pinchazo de la burbuja puntocom-, podría darse una “extinción masiva de startup, mayor a la de la década de los 2000”. Debemos recordar la inversión en startup es fundamental para la buena marcha de una economía moderna, pues fruto de este tipo de aventuras inversoras de alto riesgo nacieron las Amazon (AMZN), Google (GOOGL), Netflix (NFLX) o Qualcomm (QCOM). Por tanto, ¿cuáles serán las supervivientes a la próxima purga?