Hetty Green, apodada como «la Bruja de Wall Street» por su habilidad en la inversión bursátil, fue la mujer más rica del siglo XIX. Llegó a amasar una fortuna multimillonaria, pero también fue incluida en el libro Guiness de los Récords como la persona más tacaña de la historia. ¿Por qué?

En realidad, Hetty Green ya nació en la abundancia económica, en el seno de una de las familias más ricas de Massachusetts. Su padre dirigía una de las industrias balleneras más rentables del país y de él heredó 5 millones de dólares con tan solo 30 años de edad. Supo invertir bien esa herencia, ya que, en el momento de su muerte, a los 81 años, se había multiplicado por veinte, alcanzando los 100 millones de dólares (2 mil millones actuales). Esto la convertía en la mujer más rica de Estados Unidos. Solo compraba acciones en los momentos de pánico financiero.

 

Sin embargo, su extraordinaria tacañería le impidió disfrutar de su inmenso capital. He aquí algunas de sus más sonadas muestras de avaricia:

  • Vivía con sus dos hijos sin residencia fija, en pequeñas habitaciones de hoteles baratos entre Nueva York, Nueva Jersey y Vermont para no pagar alquileres ni impuestos altos.
  • Comía avena fría para no gastar en gas.
  • Siempre llevaba el mismo vestido y solo lavaba las partes manchadas para ahorrar jabón.
  • Solo se cambiaba de ropa interior cuando ya no la podía seguir usando.
  • Nunca encendía el calentador ni utilizaba agua caliente.
  • Como se negó a pagar a un médico, su hijo Edward sufrió la amputación de una pierna que tenía herida y que acabó gangrenándose..
  • Un problema de hernia la dejó postrada en una silla de ruedas por no querer someterse a una operación que costaba 150$.

Tras la muerte de Hetty Green por apoplejía, su hijo varón gastó su parte de la herencia en todo tipo de lujos. Su hija, en cambio, donó una buena suma a obras de caridad y a investigaciones científicas.