Tras el debate del Estado de la Nación, el presidente del Gobierno anunció dos nuevos impuestos, uno dirigido a la banca y otro a las energéticas, debido a que en el último año, habían recogido unos beneficios “caídos del cielo”.

Por un lado, el impuesto a las energéticas, que incluirá petroleras, eléctricas y gasísticas, espera recaudar cerca de 2.000 millones de euros en 2023 y en 2024. De este modo, tan solo irá dirigido contra las energéticas de mayor tamaño por volumen de ventas.

Por otro lado, respecto a la banca, “que ya ha empezado a beneficiarse de la subida de tipos de interés (y de las que están por llegar)”, le espera otro impuesto con el que se pretenden recaudar más de 1.500 millones de euros extras cada año. Los mercados respondieron a la noticia con desplomes de hasta el 10% por parte de los principales bancos españoles.

Entre ambos impuestos, que tendrán un carácter extraordinario, se espera recaudar unos 7.000 millones de euros extras entre 2023 y 2024. Y además, no podrán ser repercutidos a los consumidores. Sin embargo, no es seguro que dichos impuestos impidan que los precios de estos servicios continúan en su espiral alcista, o se estancan y empiezan a bajar.