Recuerdan cuando hace unos meses escribimos acerca de que el Gobierno se había inventado un nuevo impuestos a la banca por sus beneficios extraordinarios?, ¿Y recuerdan también como ya advertimos de que dicho impuesto acabaría siendo repercutido de una forma u otra, pese a que el Gobierno negó la máxima? Finalmente, no va a ser necesaria ningún tipo de ingeniería fiscal  por parte de la banca. El BCE (Banco Central Europeo), ha recomendado al sector poder trasladarlo directamente a sus clientes.

Entre los motivos, desde el BCE alegan que en el actual entorno de subidas de tipos de interés, muchos de sus clientes podrían estar abocados a no poder atender sus pagos, lo que llevaría nuevamente a una crisis de liquidez (como pasó en 2008). Si ese temporal viene con un mayor flujo de caja por parte de la banca, podría ser mucho más suave. Sin embargo, si los bancos también se ven descapitalizados fruto de este nuevo impuesto, (de un 4,8% sobre comisiones) podría ser desastroso.

Miembros del Gobierno ya han anunciado que, aunque «leerán atentamente el informe», este no tiene carácter vinculante y son solo «meras recomendaciones». Lo cierto es que unos por otros, al final acabaremos pagando los de siempre.