El pasado 16 de enero, murió el conocido inversor John Bogle, a quien muchos consideran uno de los grandes pioneros del mundo de la inversión.

Fundó el Grupo Vanguard, la segunda mayor gestora del mundo por número de activos, desde la que lanzó el «First Index Investment Trust». Con este primer fondo indexado, puso la inversión bursátil a disposición de inversores particulares con costes reducidos.

Aunque Bogle fue el padre de la gestión pasiva y en Eurekers no replicamos índices, sino que somos partidarios de realizar una gestión activa, la contribución de este economista a la industria financiera merece que le dediquemos un artículo.

Apuntando maneras desde la Universidad

John C. Bogle estudió Economía en la Universidad de Princeton, donde se graduó en 1951. Al pertenecer a una de esas familias americanas afectadas por la Gran Depresión, tuvo que ganar becas para estudiar en universidades de prestigio.

Ya en esos años, mostró una clara vocación por los temas financieros. Asistió a clases sobre fondos de inversión y su trabajo de fin de carrera lo realizó bajo el título «The Economic Role of the Investment Company» (El papel económico del la empresa de inversión), el cual escribió tras leer un artículo de la revista Fortune sobre la millonaria industria de los fondos.

Esta tesis universitaria llamó la atención de Walter L. Morgan, directivo de la Wellington Management Company, la empresa para la que Bogle empezó a trabajar después de graduarse. Antes de contratarle, Morgan llegó a decirles a sus compañeros «él sabe más sobre el negocio de los fondos que nosotros». Años más tarde,  John C. Bogle, al que sus allegados llamaban «Jack», ascendió a la vicepresidencia de la compañía y agradeció a su mentor el haberle dado la primera oportunidad a un joven «tímido, de aspecto infantil, inseguro, enérgico, serio y terriblemente ambicioso».

El espíritu emprendedor de «Jack» Bogle

Aunque, en 1974 «Jack» Bogle, según sus propias palabras, fue «despedido con entusiasmo» de Wellington Management Company por una disputa de gestión, lo cierto es que el considerado como uno de los «gigantes de la inversión del siglo XX» mostró en esa compañía un gran espíritu emprendedor. Promovió cambios como la introducción del fondo Windsor para diversificar la línea de productos, la creación de carteras de bonos municipales de múltiples niveles en la década de los 70, fondos indexados de bonos en los 80 o fondos «tax-managed» (fiscalmente eficientes) en los 90.

Pero, sin duda, por lo que más se le recordará es por haber fundado el «Vanguard Group» y haber lanzado el «First Index Investment Trust» en 1975. Era el primer fondo indexado o «fondo índice», con el que Bogle quiso hacer la bolsa más accesible a los inversores particulares, reduciendo las comisiones. Durante su suscripción inicial, el fondo, que ahora se llama Vanguard 500 Index Fund, recaudó 11 millones de dólares y rompió así con el «statu quo de Wall Street». Pronto, las empresas de la competencia empezaron reducir sus costes y a ofrecer sus propios fondos indexados.

«Hay que tener expectativas realistas. Es poco probable que te hagas rico rápidamente». Jack Bogle

El Nobel de Economía en 1970, Paul A. Samuelson, dijo del «padre de la inversión pasiva» : «Los razonados preceptos de Bogle pueden permitir que un millón de ahorradores nos convirtamos a 20 años vista en la envidia de nuestros vecinos, mientras que al mismo tiempo habremos podido dormir tranquilos en estos tiempos azarosos”.

El Grupo Vanguard apostó por un modelo de gestión interna, que se consiguió con el tiempo, al englobar tanto la distribución como la gestión de la inversión.

«La conciencia de la industria» de fondos

Al igual que el fundador de Eurekers, José Antonio Madrigal, el fundador del Grupo Vanguard llevó siempre por bandera la defensa de los inversores particulares.

John C. Bogle ejerció siempre una crítica implacable contra la especulación y contra la industria de los fondos de inversión, que hacían prevalecer los intereses de los gestores sobre los de los inversores, con altos costes y prácticas de publicidad engañosas.  Bogle se ganó así la fama de ser la «conciencia de la industria» de los fondos.

Para Bogle, la mejor alternativa a los fondos tradicionales – de gestión activa y poco rentables- eran los fondos indexados, que se dedican a replicar índices, ya que el mercado siempre es rentable a largo plazo.

«El tiempo es tu amigo, el impulso es tu enemigo». Jack Bogle

En cambio, desde Eurekers, aunque también creemos en la rentabilidad del mercado a largo plazo, pensamos que los inversores tienen más posibilidades de obtener mejores resultados con la gestión activa, no dejándola en manos de un fondo de inversión, sino aprendiendo a operar en bolsa de forma independiente. Seleccionando los valores de su propia cartera, el pequeño inversor puede aplicar ciertos criterios para evitar la alta volatilidad, así como gestionar el riesgo de forma más consciente, configurando personalmente la diversificación de la cartera y poniendo stop loss según sus cálculos de riesgo máximo.

Empresas en máximo histórico

Los ETF: «una especie de lobo con piel de cordero»

Las obras de John C. Bogle popularizaron la gestión pasiva en Estados Unidos. En 2004, la revista Time incluyó a Bogle en su lista de las 100 personas más influyentes.

Sin embargo, cabe destacar que los fondos indexados que «Jack» Bogle defendía derivaron en los ETF, es decir, fondos cotizados, de los que el fundador de Vanguard se manifestó justamente en contra. Para él, los ETF eran «una especie de lobo con piel de cordero». Según afirmaba, «el ETF es sencillamente un fondo diseñado para facilitar operar con sus acciones, vestido con el disfraz de fondo indexado tradicional».

Y es que, los ETF también replican un determinado índice, pero cotizan como cualquier acción, por lo que se pueden comprar y vender en cualquier momento de la sesión. Por tanto, los ETF se distancian en operativa y en fiscalidad de los fondos indexados, en los que solo se realizan operaciones de ajuste si el índice cambia.