A pesar de la inflación transitoria con la que hemos convivido los últimos cuatro años, llegan fantásticas noticias de EEUU: el consumidor americano continúa demostrando una sorprendente capacidad de resistencia con un panorama económico más optimista de lo esperado, impulsado por un importante incremento del gasto con tarjetas de crédito y una tasa de morosidad históricamente baja.
El consumo no se detiene, incluso con inflación
En este sentido, durante la temporada navideña de 2024, los estadounidenses gastaron 1 billón USD (1 trillón en términos estadounidenses), un incremento del 4 % en comparación con el año anterior. Así pues, según reportes de los principales bancos de inversión de EE.UU. Bank of America (BAC), Citigroup (C) o JPMorgan (JPM), principales beneficiarios de tanta alegría consumista durante el cuarto trimestre del 2024, el volumen de compras con tarjetas de crédito ascendió a 924 mil millones USD, lo que representa un aumento interanual del 5 %.
O dicho de otro modo, aunque la inflación todavía no ha hincado rodilla, con precios que afectan principalmente a alimentos, energía y bienes de consumo diario, los estadounidenses parecen haber ajustado sus hábitos de gasto sin reducir significativamente el consumo general.
Morosidad bajo control: una señal positiva
Pero lo que realmente es una noticia positiva no es el aumento del crédito, sino la baja tasa de morosidad en dichas tarjetas. Es decir, a pesar del aumento en el uso del crédito como vía de consumo, los niveles de impago siguen siendo manejables. Wells Fargo (WFC), por ejemplo, reportó que solo el 1.6 % de sus cuentas de crédito tienen más de 90 días de retraso, una cifra que, aunque ligeramente superior a trimestres anteriores, sigue siendo baja en comparación con estándares históricos.
Estos datos son cruciales para los mercados financieros, ya que las tasas de morosidad suelen considerarse un indicador temprano de tensiones bursátiles, y posteriormente económicas. Por ejemplo, si atendemos al siguiente gráfico podremos observar cómo a pesar del repunte de los últimos años, la situación de la morosidad media está muy lejos de la de los años previos a la crisis financiera, y ya no digamos del año 2007-2008

Con todo, el comportamiento del consumidor supone un indicador adelantado bastante fiable de los mercados financieros. Al final, unas finanzas personales más saneadas, suponen menor nivel de endeudamiento, y mayor capacidad de gasto e inversión en otros frentes como el retail, el comercio electrónico o la tecnología. En consecuencia, 2025 parece augurar un buen año dentro de los mercados financieros porque a estos buenos datos en materia de economía micro, hay que añadir la llegada de la nueva administración Trump, y toda la desregulación que ha prometido llevar a cabo.
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