Una semana más China vuelve a ser noticia. Y es que a la crisis de los semiconductores, Evergrande y la prohibición de las criptomonedas, debemos añadir la profunda crisis que está viviendo en el sector de la energía.

Así pues, el encarecimiento de los precios de la energía, está haciendo que los apagones en las grandes urbes sean ya algo rutinario, y se prevé que siga siendo así por lo menos hasta finales de 2021.

El gran problema es que el gigante asiático es la fábrica del mundo y productor de bienes primarios que luego se desarrollan en Europa y EEUU.

Por lo tanto, si a consecuencia del encarecimiento de la energía la producción se para (o ralentiza), ello podría afectar a toda la cadena de suministros global, lo que desembocaría en escasez de bienes y mayores precios al alza.

Hasta el momento, las empresas Chinas están internalizando esas subidas, pero ya existe cierto alarmismo de hasta cuando continuarán con esta práctica. Todavía se desconoce el alcance que podría tener en diferentes productores internacionales o los países que se verán afectados por este hecho.