Las blue chips son las acciones sólidas, estables y seguras vinculadas a compañías fuertes con una marca implantada en el mercado. Además, son unos valores que extrañamente sufren grandes variaciones bursátiles y suelen generar beneficios periódicos.

Por tanto, estamos hablando de empresas grandes e importantes que llevan ya un tiempo considerable desarrollando su actividad y siendo líderes en sus sectores. Normalmente estas acciones tienen baja volatilidad por lo que el riesgo de inversión es relativamente bajo.

No obstante, cabe destacar que estas compañías no ofrecen ganancias significativas a corto- medio plazo. Eso es así porque no están sujetas a fluctuaciones y los beneficios son homogéneos, es decir, fluyen en el mismo precio regularmente. Aún así, son atractivas de cara al comprador, ya que existe una estabilidad en la obtención de beneficios, tienen una alta rotación, están saneadas y el riesgo financiero es menor al de otras empresas con menor huella en el mercado.

¿Por qué se les llama blue chips?

Las blue chips son un término anglosajón que se utilizó por primera vez entre 1923-1924. Este concepto nació del índice bursátil Dow Jones a cargo de Oliver Gingold. No hay muchos más datos relativos a sus orígenes.

Por otro lado, es de especial importancia apuntar que se les bautizó con esta expresión por las fichas azules de los casinos, que representan los valores máximos de ganancia. Por norma general las blue chips representan la mejor opción para obtener beneficios a largo plazo con el menor riesgo posible.

¿Cuáles son las blue chips españolas?

Las blue chips españolas son Telefónica, Iberdrola, BBVA, Banco Santander y Repsol. Estas empresas son atractivas, sobre todo, para inversores cautos y conservadores. Las utilizan como punto de partida de apertura de su cartera.  

 A nivel mundial encontramos empresas como Coca Cola, Nike, Apple, Disney o Microsoft, entre otras.

¿Qué riesgos comportan las blue chips?

Más allá de las ventajas y de la seriedad y solidez de estos valores, deben tenerse en cuenta una serie de factores que no escapan a las blue chips.

Cabe considerar que no por ser blue chips escapan a las leyes no escritas del mercado. Son acciones que perfectamente pueden bajar de valor y, consecuentemente, dar pérdidas. Como lo puede hacer cualquier otra compañía.

Sí es cierto que, a diferencia de otras organizaciones, estas tienen un margen de recuperación más amplio al tener un respaldo económico y social reconocido. Pero no por ello hay que descartar la opción de que pueda romperse esa fortaleza y esa firmeza.

Por tanto,  antes de invertir en cualquier empresa, pertenezca o no a este grupo, debe estudiarse pormenorizadamente la situación, el contexto y la evolución tanto del mercado como de las compañías. Antes de meter nuestro dinero en circulación es fundamental realizar ese trabajo de campo previo porque de lo contrario el riesgo sería muy elevado.

Referencias

Economipedia

BBVA

Diccionario de Eurekers