Vivimos días de vino y rosas en Wall Street desde la victoria de Donald Trump el pasado 5 de noviembre. Desde entonces, el SP500 ha crecido un 5% rompiendo ya la barrera de los 6.000 puntos, mientras que el Nasdaq se ha incrementado otro 4%, consolidándose por encima de los 20.000 puntos. Sin embargo, puede que a este 2024 todavía le quede gasolina tras el revulsivo que ha supuesto el efecto Trump en las bolsas, ya que por la parte del consumo, aún quedan dos catalizadores: el Black Friday y las compras navideñas.
Así pues, el Black Friday y el Cyber Monday (viernes-lunes), ya consolidados como los mayores eventos de consumo global, están listos para marcar un nuevo récord en ventas este año. No en vano, se estima que en Estados Unidos, el gasto alcanzará los 75.000 millones USD entre el viernes y el lunes, mientras que en el Reino Unido podría llegar a 7.100 millones GBP esterlinas, según datos preliminares de analistas.
Un fenómeno impulsado por la tecnología y la inflación
La continua adopción del comercio electrónico y los descuentos agresivos están detrás del auge de este fenómeno global. En Estados Unidos, gigantes como Amazon (AMZN), Walmart (WMT) y Target (TGT) lideran el mercado, con un enfoque creciente en estrategias omnicanal, tanto online, como offline. Por ejemplo, según Adobe Analytics, se espera que el comercio online registre un incremento del 4,8% respecto a 2023, alcanzando los 12.000 millones de dólares solo el Black Friday.
En el Reino Unido, el crecimiento del 2,5-3,5% muestra una ralentización significativa en comparación con años anteriores. La inflación persistente y la presión en los presupuestos familiares han reducido el poder adquisitivo de los consumidores. Sin embargo, marcas como Tesco (TSCO), Argos y John Lewis están apostando por promociones agresivas para captar la atención en un mercado altamente competitivo.
Con todo, a nivel global, los datos de ventas del Black Friday son un termómetro del consumo en medio de un entorno económico incierto, y un indicador adelantado de lo que podrían ser las navidades, en términos de ventas. Un fin de semana de Black Friday por encima de las expectativas de ventas, podría dar a entender que al consumidor americano, todavía le queda efectivo, o capacidad de endeudamiento para gastar, lo que se traduciría en mayores ventas, beneficios, y con todo, expectativas bursátiles. Mientras que un fin de semana por debajo de lo esperado, podría desenlazar en un rally de final de año, mucho más agridulce.
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