La lucha por dominar los mercados de las energías renovables cada vez son más aparatosas ya que las grandes corporaciones energéticas quieren estar bien posicionadas en el futuro.

Además, son importantes las implicaciones geopolíticas que puede conllevar dominar el suministro de materias primas energéticas.

Hace unos pocos meses ya hablábamos de la gran apuesta de Arabia Saudí para convertirse en el mayor exportador de hidrógeno verde del mundo. Ahora bien, están empezando a salir competidores importantes, como es el caso de Kazajistán.

Esta materia prima energética se obtiene a partir de la electrólisis del agua utilizando electricidad procedente de fuentes renovables o a partir de biogás aprovechando residuos de ganadería, agricultura y/o urbanos.

El objetivo de Kazajistán es lograr producir 3 millones de toneladas de este hidrógeno verde al año. El proyecto corre a cargo de la empresa alemana Svevind y se trata de la construcción deuna gigantesca planta eólicaen las vastas estepas de Kazajistán. Si el proyecto tiene éxito se convertirá en la planta productora más grande del mundo.

La elección de la ubicación no es al azar y el país ofrece lo que consideran un emplazamiento muy conveniente para este gran proyecto.

Parece ser que este método de obtención de energía va a ser uno de los principales medios en el futuro de las energías limpias.