La actual invasión que ha desencadenado un conflicto entre Ucrania y Rusia, está haciendo que las naciones occidentales muevan ficha en torno a sus sistemas de defensa. 

Y es que la tensión entre Occidente y países como Rusia o China, lejos de relajarse ha continuado escalando. Con Rusia es más que evidente, pero también se vive cierta tensión por la situación de China con Taiwán y el dominio de la industria de los microchips.

Tanto es así que Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN, pidió más compromiso en defensa por parte de los países, ya que el actual objetivo del 2% del PIB de los respectivos estados miembros podría empezar a ser escaso.  

En sus palabras afirmó “espero que de una forma u otra, aunque se mantenga el 2% sea una especie de piso, y no de techo para gasto en defensa.” […] “Y es que estoy seguro que las ambiciones se incrementarán porque todo el mundo ve ahora la necesidad de invertir más”

No obstante, la próxima cumbre de la OTAN no será hasta junio de 2023 en Vilma, lugar donde los miembros decidirán si incrementar o no sus presupuestos en seguridad y defensa. De esta forma, empresas como Lockheed Martin (LMT), BAE Systems (BA.L) o Raytheon (RTX) podrían verse muy beneficiadas ya que son los principales proveedores e investigadores en desarrollo de material de defensa militar.