Tras un inicio de 2022 bastante negativo, siguen acumulándose las malas perspectivas. Una inflación desatada que fuerza a subir tipos y a ralentizar la economía, desabastecimiento energético y como colofón la guerra en Ucrania. Con base en ello los grandes ya han ido tomando posiciones: los inversores se ponen cortos.

Ray Dalio, fundador del mayor hedge fund del mundo, ve imposible no entrar en recesión para contener la inflación y augura un mal panorama para la economía europea. En este sentido, el pasado junio duplicó una posición corta hasta los 9.000 millones de dólares contra acciones del viejo continente, incluidas BBVA y Santander.

Michael Burry, quien predijera la crisis inmobiliaria del 2008, una vez más, acostumbra a ser mucho más catastrofista y predice una crisis mucho más profunda y duradera.  Por lo pronto, mantiene una fuerte posición corta contra Apple en una apuesta contra Warren Buffett.

Y el inversor Druckenmiller mantiene una posición corta contra el SP500 desde inicios de año. Si bien es cierto que no todos los inversores se ponen cortos, como Bill Gates o Elon Musk, no han dejado de vender posiciones de riesgo. Tan solo destaca Warren Buffet, como único inversor que se ha atrevido a realizar importantes compras en el sector energético en este 2022.