Ganaderos y agricultores holandeses llevan semanas de movilizaciones, las cuales han incluido llevar vacas al parlamento holandés, ante las nuevas regulaciones sobre el sector impuestas por el ejecutivo neerlandés. Así pues, el gobierno holandés ha desarrollado un nuevo plan de trabajo, que alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, buscará reducir en más de un 50% las emisiones de gas nitrógeno producto de las actividades de explotación de la industria ganadera.

Para ello, 3 han sido las alternativas que ha ofrecido la Ministra de Medio Ambiente holandesa:

  1. Hacerse más sostenibles, sustituyendo ganado común por cultivos ricos en proteínas y agricultura ecológica, como agricultura hidropónica de soja, que conlleve un alto grado de digitalización e innovación tecnológica.
  2. Reducir el número de cabezas de ganado en un 30%, cifra que podría llegar al 70% en las áreas marcadas como claves por su proximidad a reservas naturales.
  3. Cerrar, y reorientarse hacia otros negocios más sostenibles como el turismo rural.

Diversas asociaciones ganaderas y agrícolas consideran este plan (que terminará de concretarse en 2023), como inaceptable, ya que reducirá considerablemente los ingresos de la industria, lo que haría inviable desde un punto de vista económico la supervivencia del sector. Actualmente Holanda, es el segundo mayor exportador mundial de productos agrícolas y cuenta con una intensiva industria ganadera conformada por cuatro millones de vacas, 12 millones de cerdos y 100 millones de pollos, en un país de 17 millones de habitantes.