Aunque fuera de Estados Unidos podrían pasar casi desapecibidos, Charles y David Koch son dos pesos pesados en la economía americana y tienen una gran influencia en el devenir político de su país.

Tras herededar el imperio petrolero fundado en 1940 por su padre, Charles y David compraron a sus hermanos sus participaciones y se convirtieron en los propietarios de lo que actualmente es Koch Industries, uno de los mayores conglomerados empresariales de Estados Unidos, con unas ganancias por ventas superiores a los cien mil millones de dólares.

Conocidos popularmente como los «Big Brothers», ocupan el octavo puesto en la lista Forbes de multimillonarios (con fortunas en torno a los 48 mil millones de dólares) y se les ha vinculado siempre con la financiación de campañas políticas conservadoras, como el Tea Party. Aunque no apoyaron la elección presidencial de Donald Trump, los detractores de Koch Industries les consideran, junto a la petrolera Exxon, como los mayores donantes a organizaciones negacionistas del cambio climático.