China, la segunda economía mundial, desde hace unos años está aplicando políticas para liberalizar, progresivamente, sus mercados y hacerlos accesibles a los inversores extranjeros. Ha llegado el momento, de liberalizar el mercado de gestión de capital.

Hasta ahora, las gestoras internacionales no podían comercializar fondos de inversión al inversor minoritario chino, este segmento del mercado estaba reservado exclusivamente para las firmas de gestión locales.

A partir de ahora, esto no va a ser así y las gestoras internacionales van a poder competir directamente con las gestoras locales.

Esto supone un beneficio mutuo, tanto para inversores como gestoras, ya que los primeros verán ampliada la gama de productos entre los cuales elegir y el aumento de la competencia provocará reducción de costes. Mientras que los segundos van a ver incrementada la demanda potencial de servicios de asesoramiento e inversión.

Se estima que este segmento de mercado tiene un potencial de alcanzar en 2023 los 3.4 billones de dólares. Las gestoras más referentes a nivel mundial como Vanguard, BlackRock o JP Morgan ya han solicitado la licencia a las instituciones públicas chinas.