La Universidad de Houston ha conseguido desarrollar un parche electrónico que es capaz de sustituir a los marcapasos.

Este parche imita el tejido cardíaco y se adhiere al corazón sin dañar el tejido muscular, por tanto, es mucho menos intrusivo en el cuerpo.

Además, se carga directamente con los latidos del propio corazón lo que implica que no necesita una fuente de alimentación eléctrica externa. 

Incluso, como tiene la capacidad de recoger datos sobre el funcionamiento del corazón, puede ofrecer beneficios terapéuticos como estimulación eléctrica y calor, en caso de que detecte algún problema.

Este aparato se puede convertir en imprescindible para pacientes crónicos que necesitan controlar sus niveles de estrés o colesterol, ya que dependiendo de estos su capacidad cardíaca puede verse mermada.