Prepare su cartera para irse de vacaciones.

¿Puede disfrutar de sus vacaciones sin preocuparse por lo que haga la bolsa?

La respuesta es clara: por supuesto que sí, siempre que invierta a medio-largo plazo.

Es habitual que en los períodos de vacaciones se produzcan mayores volatilidades en las cotizaciones bursátiles, porque baja el volumen negociado y eso desestabiliza el normal funcionamiento de las acciones. Pero esto no tiene por qué afectarle si su inversión tiene un rango de tiempo amplio.

De lo único que tendrá que preocuparse antes de partir a su destino de descanso es de fijar cuidadosamente sus stops loss. No lo haga muy cerca del precio de cotización por si aumenta mucho la volatilidad en su ausencia.

Por otro lado, le ayudará emplear las alertas para garantizar su tranquilidad ante cualquier posible imprevisto.

Trate de que sus pérdidas en bolsa no superen el 25%.

¿Piensa que las pérdidas en bolsa se miden igual que las ganancias?

Si es así, probablemente, no tenga una cartera muy sólida.

A la hora de tener beneficios en bolsa, obviamente, cuanto mayor sea el porcentaje, mejor.

Sin embargo, a la baja, existe una línea roja a partir de la cual le va a costar mucho recuperar su inversión. Este punto crítico está entre el 20% y el 25%.

Así, por ejemplo, si perdiera un 20%, necesitaría un 25% para recuperarse. Pero es que, si su pérdida fuera del 30%, no bastaría con un 35% para recuperar su inversión, sino que la acción tendría que subir un 42,46%. Y si perdiera un 50%, el porcentaje mínimo de recuperación ya sería del 100%.

Por tanto, intente reducir al mínimo sus pérdidas en bolsa si quiere conseguir unas rentabilidades constantes.

Adapte el riesgo de su inversión a la volatilidad.

Es muy importante entender el concepto de volatilidad para evaluar el riesgo potencial de una inversión.

Si la volatilidad es baja, significa que hay pocas fluctuaciones en el precio de la acción y, por tanto, el activo tiene un riesgo menor.

En cambio, si la volatilidad es elevada, se producen mayores oscilaciones en la cotización, por lo que el riesgo aumenta.

Pero este no es un motivo para huir de una buena acción, sino que lo que debemos hacer es adaptar el riesgo a la volatilidad. ¿Cómo?

Imagine que antes compraba 100 acciones a 10 euros, con el stop en 9 euros, para perder 100 euros.

Con una volatilidad alta, el stop se ubicará en 8, en vez de en 9 euros. Y, en lugar de comprar 100 acciones, debería adquirir 50. Si sale mal perderá lo mismo: 100 euros.

No espere a que una acción de su cartera baje a cero.

Esta semana, hemos visto cómo el Banco Popular ha entrado en quiebra y cómo el precio de sus acciones ha llegado a cero.

Es decir, sus accionistas han perdido toda su inversión.

Pero no olvidemos que este banco llevaba bajando en bolsa 10 años. Los inversores que ya tenían acciones desde antes tuvieron tiempo de salir de este valor y cortar pérdidas.

Pero, en cambio, muchos se empeñaron en mantener en su cartera una acción que lo único que hacía era bajar, porque pensaban que, en algún momento, la tendencia se giraría. Y ahora, naturalmente, se lamentan.

Por tanto, no repita este error tan frecuente y cierre la posición a tiempo, en vez de arriesgarse a que una acción llegue a cero.

Invierta en bolsa solo si comprueba que está a la altura.

Al la hora de invertir en bolsa, muchas personas directamente se tendrían que plantear si van a poder competir contra los mejores. Es decir, deberían plantearse cuánto conocimiento de bolsa tienen y qué dificultad tiene el mercado.

Imaginemos que una persona tiene un nivel de ajedrez 2 y compite contra alguien que tiene un nivel de ajedrez 9. Evidentemente, no debería apostar dinero a que le va a ganar al del nivel 9.

Con la bolsa pasa lo mismo. Al final, lo que tenemos que hacer es ser sinceros con nosotros mismos y medir el nivel de conocimientos que tenemos nosotros y la dificultad el mercado. Si nuestro conocimiento es un nivel 3 y la dificultad del mercado un nivel 8 o de 9, no vale la pena competir.

Por tanto, considere esta cuestión y el día que esté a la altura será el momento de invertir.

Cómo elegir un buen bróker para invertir en bolsa.

Un buen bróker ha de tener diferentes características.

La primera es que esté regulado en nuestro país. Esto es sumamente esencial.

Si estamos en España, no podemos tener un bróker que no esté regulado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), porque es la entidad que va a defender nuestros intereses.

En segundo lugar, el bróker tiene que cobrar unas comisiones razonables.

Escapemos de los que regalan cosas, de los que se anuncian como brókers sin comisiones o con costes muy baratos, porque, quizás, lo que hay detrás son “market makers”.

Y tercero y muy importante, nuestro bróker ha de permitirnos poner todo tipo de órdenes, entre las cuales incluyo algo básico, que es poner stops en todos los mercados en los que operemos.

Es decir, si en el mercado alemán, por ejemplo, no nos deja poner stops, o cambiamos de bróker o no invertimos en el mercado alemán.

Con estos tres requisitos básicos, podemos tener un buen bróker para llevar a cabo nuestra operativa y que ésta sea eficiente y eficaz.

Antes de abrir una operación en bolsa, prevea el peor resultado posible.

Por cada operación que realizamos en bolsa, se abre un mundo de posibilidades.

Tener una estrategia en bolsa nos ayudará a mantener una disciplina y no dejarnos influir por los acontecimientos, pero nadie ni nada nos garantiza el resultado concreto de cada operación.

Por eso, lo mejor que podemos hacer antes de abrir una operación bursátil es prever el peor resultado posible. Es decir, tendremos en cuenta el máximo capital que podemos perder si esa operación nos sale mal.

¿A qué equivale esa pérdida máxima? Probablemente, usted crea que equivale a la inversión, pero lo cierto es que esa pérdida máxima debería ser mucho menor que la inversión.

Fijando esta previsión, controlará mucho mejor el riesgo de inversión y se ahorrará muchos sobresaltos, ya que conocerá y aceptará de antemano la peor de las posibilidades.

Incremente su capital en bolsa progresivamente

Controlar los riesgos es uno de los pilares de una buena metodología de inversión.

Esto no significa solo poner los stops correctamente, sino también afianzar nuestra capacidad para operar en bolsa antes de manejar grandes sumas de dinero.

Por tanto, si se está iniciando en bolsa, no pase de gestionar una cuenta de 10.000 euros a hacerlo con 100.000. Sería como lanzarse a conducir un camión después de haber manejado solo una motocicleta.

Vaya incrementando el capital de su cuenta progresivamente, de manera que acostumbre a su mente a afrontar nuevos riesgos.

Evite pérdidas superiores al 25%.

Las pérdidas no se computan igual que los beneficios.

Por ejemplo, una persona que pierde el 50%, vería que los 10.000 euros que tenía se han convertido en 5.000. Pero si luego ganara el 50%, tendría 7.500 euros y no los 10.000 iniciales.

Es decir, a partir del 20% ó 25% de pérdidas, las ganancias que ha de tener para recuperarse son mucho mayores. Siguiendo con el ejemplo anterior, las ganancias que habría de conseguir para recuperar el 50% perdido serían del 100%.

Mientras que el límite al alza no existe, a la baja hemos de vigilar muy de cerca el porcentaje de pérdida.

Por tanto, uno de sus principales mantras como inversor en bolsa deberá ser reducir las pérdidas al mínimo en la medida de lo posible, colocando lo stops y haciendo las cosas correctamente, para que la recuperación no se convierta en una losa y pueda redirigirse rápidamente al objetivo de la rentabilidad.

Fíjese en la linealidad

A diferencia del gap, que es un hueco entre el cierre y la apertura, la linealidad es la diferencia existente entre el máximo y el mínimo y la apertura de este valor.

Es decir, que si hubiéramos puesto órdenes en stop de compra o en stop de venta, un valor que no tenga mucha linealidad -por ejemplo, valores que cotizan en la bolsa de Estados Unidos, pero que hacen referencia a las bosas de China o de Japón-, tendrá muchos huecos.

Hay que tener en cuenta la linealidad, porque puede suceder, al igual que ocurre con un slippage, que nuestras operaciones no entren a los precios estimados. En este caso, los riesgos se pueden disparar.

Por tanto, procure no invertir en aquellos valores donde observe muchos huecos en la linealidad.

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