La Inteligencia Artificial aplicada al campo de la salud tiene un futuro prometedor.

Como ejemplo, cabe destacar el proyecto T-Room, presentado recientemente por la Universidad Politécnica de Valencia y la Red Cenit.

T-Room emplea la IA  y la realidad virtual para acelerar y personalizar más el diagnóstico del autismo en niños. Si los tests usados hasta ahora alargaban dicho diagnóstico hasta las 15 horas, el nuevo sistema inteligente reduce ese tiempo a menos de una hora y usa criterios objetivos.

Con anterioridad a este proyecto, la Universidad de Stanford, en EE.UU, ya había probado diferentes tecnologías para ayudar a los niños autistas en diversas áreas, como detectar las emociones de las demás personas.