La creciente proporción de personas mayores de 65 años, gracias al aumento de la esperanza de vida y a la baja natalidad, está impactando en la economía mundial.

Ya se habla de «economía de la longevidad», en la que la robótica está cobrando gran protagonismo a la hora de cubrir las necesidades de la tercera edad.

Por ejemplo, en Japón, el país con mayor tasa de envejecimiento, los cuidadores robots o «carebots» ya han entrado a formar parte de la sociedad, también por la gran carencia de enfermeros que sufre. El gobierno nipón está impulsando muchas empresas tecnológicas para que, en dos años, los dispositivos robóticos cuiden del 80% de los ancianos.

Estos robots serían capaces de ayudar a los mayores a realizar tareas como levantarse de la cama, asearse o tomar su medicación.

Aunque Japón es líder mundial en robótica, los «carebots» también se desarrollan fuera de Asia. Es el caso de «Héctor», el robot asistente de ancianos creado por investigadores de la UE en 2012, o el prototipo diseñado en 2009 por ingenieros de la Universidad de Illinois.