A la hora de repartir dividendos, algunas compañías optan por el scrip dividend, es decir, remuneran a los inversores con más acciones de la empresa en lugar de pagar el dividendo en líquido.
Yo no soy partidario de acogerse al reparto de dividendos sino a invertir en compañías que reinvierten los beneficios. Con el dividendo, el inversor lo único que acaba haciendo es pagar impuestos.
No obstante, como inversor ha de saber que, si una compañía de la que posee acciones anuncia un scrip dividend, tiene 2 opciones:
- Aceptar los derechos de suscripción y aumentar así el número de acciones.
- Vender los derechos de suscripción a cambio de liquidez
Tendrá que analizar cuál es la mejor opción atendiendo tanto al estado de su cartera como a las circunstancias de la compañía y del mercado. Si suma más acciones, aumentará el riesgo de su cartera y si opta por el líquido, estará reduciendo su exposición al riesgo.
Si analizamos las cuentas del inversor antes y después del scrip dividend seguramente se habrán quedado igual o incluso habrán disminuido respecto a la situación anterior. Y es que el scrip dividend, como el dividendo en líquido, se descuentan del precio del valor. Además, hay que tener en cuenta las comisiones del intermediario bursátil y las retenciones fiscales que se aplican sobre este tipo de beneficios.
Por ello, la metodología de inversión de Eurekers no contempla el reparto de dividendos o scrip dividend como oportunidades rentables y establece criterios más allá de los eventos corporativos para la selección de los valores en los que invertir ya que estos por sí solos más que dar ventaja al inversor dan todo lo contrario.