Dividendos: ¿en dinero o en nuevas acciones?

A la hora de repartir dividendos, algunas compañías optan por el scrip dividend, es decir, remuneran a los inversores con más acciones de la empresa en lugar de pagar el dividendo en líquido.

Yo no soy partidario de acogerse al reparto de dividendos sino a invertir en compañías que reinvierten los beneficios. Con el dividendo, el inversor lo único que acaba haciendo es pagar impuestos.

No obstante, como inversor ha de saber que, si una compañía de la que posee acciones anuncia un scrip dividend, tiene 2 opciones:

  • Aceptar los derechos de suscripción y aumentar así el número de acciones.
  • Vender los derechos de suscripción a cambio de liquidez

Tendrá que analizar cuál es la mejor opción atendiendo tanto al estado de su cartera como a las circunstancias de la compañía y del mercado. Si suma más acciones, aumentará el riesgo de su cartera y si opta por el líquido, estará reduciendo su exposición al riesgo.

Si analizamos las cuentas del inversor antes y después del scrip dividend seguramente se habrán quedado igual o incluso habrán disminuido respecto a la situación anterior. Y es que el scrip dividend, como el dividendo en líquido, se descuentan del precio del valor. Además, hay que tener en cuenta las comisiones del intermediario bursátil y las retenciones fiscales que se aplican sobre este tipo de beneficios.

Por ello, la metodología de inversión de Eurekers no contempla el reparto de dividendos o scrip dividend como oportunidades rentables y establece criterios más allá de los eventos corporativos para la selección de los valores en los que invertir ya que estos por sí solos más que dar ventaja al inversor dan todo lo contrario.

¿Ir o no a un reparto de dividendos?

El dividendo es una parte del beneficio de una empresa cotizada que se reparte entre sus accionistas. Muchos inversores compran acciones en función del reparto de dividendos periódico que realice la empresa. Lo hacen con el objetivo de recibir liquidez adicional a su cuenta de valores.

Han de saber que esta estrategia no es rentable. Y es que las compañías descuentan el pago de dividendos del precio del activo. Además, esta operación tiene unas tributa a Hacienda y tiene comisiones (pago al bróker)

Si una empresa pagara todos los días dividendo, a final de año, el inversor se habría quedado sin ningún euro y encima todo el dinero lo habría ingresado en impuestos. Y es que la recepción de dividendo tributa al 21% en Hacienda.

De hecho, si el accionista recibiera constantemente dividendo, podría estar perdiendo en una acción y haber pagado impuestos por, supuestamente, haber ganado.

Intenten, por tanto, comprar acciones que no pagan dividendos.

La trampa del dividendo

Los dividendos, como saben, son una parte del beneficio de una empresa que se reparte entre los accionistas. Muchos inversores compran acciones porque ofrecen un reparto de dividendos periódicamente, lo cual aporta liquidez adicional a su cuenta de valores. Pero desconocen, que las compañías descuentan el dividendo del precio del activo.

Ejemplo: una acción cotiza a 8€, reparte un dividendo de 50 céntimos y, tras el reparto, la acción pasa a valer 7,5€.

Recibiremos, por tanto, 0,5 euros en nuestra cuenta. Pero además, habrá que descontar el pago al bróker por la tramitación, la retención que se aplica a los dividendos y la tributación en la declaración de la renta.

Probablemente, al final de la jugada, acabamos perdiendo dinero.
¿Continúa pensando que es bueno invertir en compañías que reparten dividendos?

No compre una acción por el dividendo

Muchos inversores, compran acciones porque éstas pagan un dividendo, una parte del beneficio de la empresa que se reparte entre los accionistas.

La trampa reside en que le dividendo como tal te lo descuentan del precio del activo.

Imaginemos una acción que cotiza a 8 euros y mañana reparte un dividendo de 50 céntimos de euro. La acción, por la mañana valdrá 7,50 euros en su cotización y los 50 céntimos restastes los ingresarán en nuestra cuenta. De estos cincuenta céntimos que nos han ingresado en nuestra cuenta, ha habido que pagar la parte correspondiente al broker por la tramitación, la retención que más tarde nos hacen y la parte en renta que nos tocará pagar.

En definitiva nos han quitado más, que nos han dado.

Hay inversores como Warrent Buffet que no quieren invertir en empresas que pagan dividendos y que prefieren que la empresa se quede este capital, para comprar acciones de sí mismas o para reinvertir estos beneficios para que sean mayores en el futuro y desde luego por no tributar en el presente.