A pesar de que la presencia activa de las mujeres en el mundo bursátil sigue siendo menor que la de los hombres, el número de inversoras, gestoras y ejecutivas en este sector va a aumentando con el tiempo.

Prueba de ello es que, en menos de año y medio, dos mujeres han ascendido a la presidencia en dos de las bolsas más importantes del mundo: el Nasdaq y la Bolsa de Nueva York.

En enero del año pasado, Adena Friedman se convirtió en la primera mujer en presidir Nasdaq. Desde entonces, se ha volcado mucho en la innovación. Por ejemplo, lanzó Nasdaq Analytics Hub, una plataforma de datos que proporciona señales de compra. También compró eVestment Inc., un proveedor de datos para gestores de hedge funds e inversores institucionales.

Por otro lado, Stacey Cunninham, hasta hace poco directora de operaciones de la Bolsa de Nueva York, acaba de ocupar el cargo de presidenta del NYSE, donde empezó como becaria en 1994. Es la primera vez que una mujer preside la bolsa neoyorquina en sus 226 años de historia, en la que ha habido 66 presidentes.

Tal vez, el acceso de mujeres a altos cargos en bolsas como Nasdaq y NYSE no sea más que el reflejo de la evolución de una sociedad moderna.

Más sorprendente es, en cambio, el caso de Sara Al Suhaimi, que en febrero de 2017 pasó a ser la primera mujer presidenta de la Bolsa de Arabia Saudí, un país donde las mujeres tienen que pedir permiso a sus maridos para abrirse una cuenta bancaria, entre otras restricciones a su libertad.

Además, antes de ser designada presidenta de la Bolsa, Al Suahimi ejerció como directora ejecutiva de la compañía de inversión saudí NCB capital, subsidiaria del Banco Nacional de Comercio.

Esta mujer es, pues, una excepción en el país islámico, aunque cabe mencionar que estudió en Harvard y que su padre ya ocupó con anterioridad el cargo de presidente de la Bolsa de Arabia Saudí ("Tadaul" en árabe).