En newsletters pasadas he hablado acerca del problema de las pensiones, la solución australiana, y como tal vez, exista un camino intermedio. Sin embargo, hoy no voy a hablar de ese camino -me lo sigo anotando como pendiente- hoy hablaré de qué es lo que significa la inversión en edad, o más concretamente en la 3ª edad.

Es bastante notorio que vamos claramente hacia un invierno demográfico, e incluso personas como Elon Musk, aseguran que temen por un colapso de la civilización humana de aquí a 100 años, pero no por exceso de esta, sino por falta de la misma.

Sea como fuere, y según datos del Índice Global de Envejecimiento, de los 8.000 millones de personas que hay en el mundo, aproximadamente 900 millones, tienen más de 60 años -es decir un 11%-. Pero es que además, los datos de cara a 2050 no hacen sino profundizar en este invierno, ya que para entonces más de 2.000 millones de personas contarán con más de 60 años, en un mundo que tal vez supere los 9.000 millones -momento en el que está previsto que la humanidad alcance su techo de número de personas en la Tierra para empezar a decrecer a un ritmo bastante elevado-

De hecho, incluso si lo miramos por el lado de la natalidad, también es evidente que vamos hacia un mundo envejecido. Para empezar, ningún país Europeo, ni siquiera Bulgaria, Hungría o Polonia, países claramente pro-natalistas, superan la tasa de reemplazo -2,1 hijos por mujer-. Pero es que esto, ni pasa en Europa, ni pasa en Latinoamérica; Argentina (1,91), México (1,90) y Brasil (1,65), ni pasa en Asia; China (1,28), Japón (1,34) e India (2,05). Apenas una treintena de países africanos superan esta tasa, y de condiciones todavía paupérrimas.

Suena triste, pero es así, cada vez habrá más ancianos y menos bebés, y ni las políticas migratorias, podrán solucionar este problema, si acaso parchearlo temporalmente.

En consecuencia, ya hay toda una serie de industria de la tercera edad, que espera hacer caja de las vejez a cambio de toda clase de servicios; laboratorios farmacéuticos, negocios de urología, residencias de la 3ª edad, y hasta ressort especializados en público de edad avanzada. Tal vez hablemos de hoteles sin niños, y con determinadas limitaciones acústicas por la noche.

Por ende, invertir en la 3ª edad significa adquirir acciones o participaciones en compañías que brindan productos o servicios a las personas mayores. La idea es obtener un retorno económico a través de la participación en el crecimiento y éxito de estas compañías, al mismo tiempo que se apoya a la industria que se enfoca en mejorar la vida de las personas mayores.

En otras palabras, invertir en aquellas empresas que el día de mañana, de una forma u otra nos cuidarán. De esta forma, sería una especie de círculo virtuoso; por un lado nos ayudarán a acumular una buena cantidad de dinero -con sus servicios presentes-, y después les iremos remunerando, con ese mismo dinero que hemos generado de ellas, cuando llegue el momento.

Y las opciones son varias, veamos pues, algunas de las más de 60 empresas que forman el fondo CPR Silver Age, que se ha revalorizado casi un 90% desde que echara a rodar allá por 2014.

En lo que se refiere a empresas farmacéuticas encontramos a Roché (ROG.SW) y Novartis (NOV), ambas dos muy cerca de sus máximos históricos. Y es que sin duda, hablamos de dos laboratorios muy especializados en la medicina para la 3ª edad. Qué le vamos a hacer, somos una sociedad de empastillaos.

Sin embargo, un subsector dentro de este mundo que me ha sorprendido como pocos, es el de la urología e incontinencia, y es que empresas como la danesa Coloplast (COLO-B.CO), también muy cerca de máximos, tienen un futuro prometedor, ya que desgraciadamente, tarde o temprano, a muchos no nos quedará más remedio que pasar por ahí.

No obstante, el subsector en el que todos estaréis pensando mientras me leéis, es efectivamente, el de las residencias de la 3ª edad. En este sentido encontramos a Korian (KORI.PA) y Orpea (ORP.PA), ambas muy lejos de sus máximos históricos desde que llegara la pandemia. Pues esta puso en evidencia, como a las mismas, no llegaban los suficientes recursos, hecho que se tradujo de defunciones masivas. ¿Recordáis las muertes que hubo en residencias -tanto privadas, como públicas- cuando el virus se coló en ellas? Bien, pues esto pasó en prácticamente todos los países occidentales, y es algo que los inversores aún no han perdonado.

Sin embargo, no me gustaría acabar esta news, sin un buen sabor de boca. Ya que invertir en residencias para jubilados, ahora mismo no está bien visto por la comunidad inversora, podemos valorar la idea de los REIT´s especializados en la tercera edad.

Los REITs -en España Socimis- son holdings empresariales que invierten en toda clase de infraestructuras, que en este caso vayan dirigidas a crear bienestar en la tercera edad. Así pues, podemos encontrar empresas como Welltower (WELL) u Omega Healhcare Investors (OHI). Y hasta en España encontramos la socimi (especializada en tercera edad) Adriano Care Socimi (YADR.MC). Una vez más, las tres están muy cercanas a máximos históricos.

En definitiva, con las previsiones presentes y futuras, el sector de la tercera edad, puede acabar siendo un segmento muy rentable a largo plazo. Aunque no deja ser paradójico -y hasta cierto punto triste- que la creación de riqueza futura, sea a costa de la inversión en edad avanzada, y no en infantil.