Un año más que se acaba y toca volver a hacer balance de lo que ha sido 2022, y lo que a nivel bursátil nos podría deparar 2023. Empecemos:

Lo cierto es que 2022 ha sido uno de los peores años de la historia de la bolsa, y no en vano, ya desde principios de enero, pintaban todas las papeletas de que lo acabara siendo.

Después de dos años de pandemia con tipos de interés cero -e incluso negativos-, imprimiendo dinero a lo bestia y con una inflación que ya empezaba a descontrolarse cercana al 6% (en enero de 2022), lo bancos centrales, en particular la FED, tomaron una decisión: Se acabó el buenismo, era el momento de cambiar el rumbo, y subir tan aceleradamente los tipos de interés, como la inflación lo requiriese hasta que volviese a su cauce -tarea, que por cierto, aún está lejos de alcanzarse-.

Y solo pasó un mes más, cuando en Ucrania por razones geopolíticas estalló un conflicto militar, y justamente entre dos naciones que suponen el supermercado de materias primas baratas de Europa. Gas, petróleo, trigo, minerales… Si ya de por si había un problema de inflación por exceso de demanda, ahora encima íbamos a tener que lidiar con otro problema de restricción de oferta. Café para los cafeteros.

Por ende, unos tipos de interés elevados -ya están en el 2,5% en Europa, y en el 4,5% en EEUU-, ligados a un mundo que parece volver a la tensión de los bloques económicos, ha llevado a la bolsa a fuertes caídas en todo los mercados.

De esta forma, en el SP500 cerró con una caída del 20%, el Nasdaq más de un 30%, el DAX un 12%, y atención que el Ibex 35 no se dejó ni un 5%, supongo que algo bueno debía tener no crecer mucho cuando tocaba crecer, que luego los golpes son más suaves.

Y ante esta situación, ¿cómo se plantea 2023 a nivel bursátil? Lo cierto es que pese a todos los nubarrones, sigue habiendo esperanza, siempre hay esperanza. Veamos algunos de los sectores que podrían ser interesante de seguir:

En primer lugar, aquello de lo que hay escasez, las materias primas. En newsletters pasadas ya pusimos el foco en varios tipos de materias primas en las que invertir; petróleo, gas, litio… y lo seguiremos haciendo.

Sin embargo, mucho cuidado tanto con el petróleo, como con el gas, la historia ha demostrado que son materias primas cíclicas, y podríamos estar en la parte alta del ciclo justo en este momento.

No obstante, en otras más exóticas como el litio, el silicio, o el hidrógeno verde podríamos encontrar todo un mundo por descubrir. Y ni que decir tiene, que dichas materias primas son esenciales para la transición ecológica, algo en lo que los burócratas occidentales -a uno y otro lado del Atlántico- están empeñados en alcanzar en el horizonte 2030-2050.

Y relacionado con lo primero, va el siguiente punto. Si lo que está caro es la energía, la luz -precisamente por la escasez de materias primas debida a una vuelta a la economía de bloques-, en ese caso las empresas energéticas acabarán teniendo ingresos extraordinarios, lo que se traducirá en cotizaciones más altas. Sin ir más lejos empresas energéticas como Iberdrola (IBE.MC), Acciona (ANA.MC), pero también la inglesa SSE (SSE.L) o la americana Xcel Energy (XEL) están cercanas a máximos históricos.

Y por último, vamos con el tercer punto, la inteligencia artificial. Es cierto que hablar de este sector parece una locura, y más después de todas las caídas que ha habido en el sector tecnológico, con golpes superiores al 60% en el caso de Meta (META) o del 50% en Netflix (NFLX). Sin embargo, la Inteligencia Artificial es diferente, es algo más que una empresa que ofrece servicios digitales de entretenimiento.

La Inteligencia Artificial, será un sector transversal a todos los sectores de la actividad económica, y estará integrada desde actividades de sectores primarios como la ganadería y la agricultura, hasta la industria, y por supuesto, el entretenimiento.

De hecho, ya a día de hoy la tenemos mucho más integrada de lo que creemos en nuestro día a día, el último ejemplo ha sido la aparición del Chat GPT3, que ha alucinado a la comunidad marketera, pero ya antes estaba presente a través de nuestros ordenadores y dispositivos móviles, y en otros caso en nuestras neveras, relojes, televisores y hasta coches.

Y esto es solo una idea que irá a más. No en vano, según la consultora Predecence Research, la facturación prevista para 2030, superará el 1,5 billón de dólares. A día de hoy, apenas llega a los 0,2 billones.

Así, empresas como TSMC (2330.TW), Salesforce (CRM) o la francesa Capgemini (CAP), podría ser interesante tenerlas en seguimiento.

En definitiva, 2022 cierra, y desde Eurekers arrancamos 2023 informando de los mejores sectores y megatendencias para invertir, comentando noticias de actualidad, y trayendo historias curiosas de la bolsa, que como inversores deberían ponernos en perspectiva.

¡Feliz año 2023 a toda la comunidad Eurekers!