En las últimas semanas asistimos a unas caídas más que considerables en el mundo de las criptodivisas. Por ejemplo, Bitcoin retrocedió más de un 20% desde inicios de mayo, Ethereum más de lo mismo, Cardano un 25% y Solana un 30%. ¿Qué ha pasado? ¿Las criptomonedas solo eran una estafa desde el principio, o tal vez una burbuja demasiado hinchada?

Realmente para entender este suceso, tenemos que entender las razones por las que se ha producido la caída de la stablecoin TerraUSD y su activo de referencia LUNA, el resto, ha sido el típico pánico por arrastre propio de la bolsa y los mercados negociados.

En primer lugar, tenemos que saber que una stablecoin, es una criptomoneda que fija su valor anclado a una moneda fiat real, por ejemplo el dólar, es decir, un cripto de TerraUSD, siempre tiene que valer un dólar y viceversa. Esto permite a la comunidad inversora poder guardar el dinero ganado en criptos, sin pasarlo a su banco con el pago de impuesto correspondiente. No salirse de la blockchain.

Pero, ¿Cómo una stablecoin, se mantiene siempre fijada con respecto al dólar en el patrón indicado (1:1)? Normalmente, la mayoría de stablecoins (tether o USD Coin, por ejemplo), atesoran activos reales que respaldan la capitalización de la moneda (deuda pública o privada de empresas, fondos con acciones de empresas…). Así, si muchos inversores compran Tether y su valor sube (con respecto al dólar), se tendrán que “imprimir” o crear más Tether para reducirlo, y si baja, con esos activos se tendrá que comprar Tether para quemarlo, de tal forma, que la moneda digital siempre guarda la relación uno a uno con respecto a la moneda real, en este caso el dólar.

Sin embargo, con la stablecoin TerraUSD, se decidió probar un paso más allá. TerraUSD no estaría respaldado con activos reales, sino con un complejo algoritmo contra otra criptomoneda, Luna, que mediría el valor de Terra. Por expresarlo en términos sencillos, TerraUSD, sería el producto de la empresa que se vende (o se negocia) y genera beneficios (por señoreaje y corretaje) y Luna sería la criptomoneda donde se plasmarían esos beneficios, algo así como el precio de la acción de dicha empresa. Si Luna subía mucho, es porque muchos inversores estaban apoyándose en TerraUSD para refugiar sus ganancias, y a cambio, TerraUSD recogería sus comisiones y derechos de señorío, lo que se traduciría en cada vez mayor valor de Luna.

Esto estabilizaría TerraUSD 1:1 con respecto al dólar de la siguiente manera; Si TerraUSD subía de 1 dólar, había que imprimir más terraUSD, lo que serían más beneficios esperados, por lo que el valor de Luna subiría, en cambio, si TerraUSD bajaba del dólar, había que quemar criptos Luna para mantener el valor de TerraUSD 1:1 con el dólar. Más moneda Luna quemada, es menos inversores usando TerraUSD y menos beneficios futuros esperados, por lo tanto el precio de Luna, bajaba.

Con todo, este complejo algoritmo, únicamente basado en expectativas, y no respaldado en activos reales (cómo dólares, oro, títulos de deuda…) ha colapsado o bien ha sido hackeado (aún no está claro). De repente, TerraUSD empezó a bajar con respecto al dólar muy fuertemente, eso forzó a tener que quemar muchas Luna, para mantener su valor (el de TerraUSD) atado al dólar, pero claro, conforme más criptos Luna eran quemadas (es decir menos beneficios futuros), menos valía Luna, y más personas se querían salir de TerraUSD para refugiarse en otras stablecoins, y a más personas salían de TerraUSD, a su misma vez, más Lunas aún tenían que ser liquidadas (además de los inversores querer vender las propias Lunas) reduciendo más su valor, y con todo, creando una auténtica estampida hacia fuera y una espiral destructiva, que ha acabado por llevar a casi cero el valor de Luna, esto es, el precio de la acción de TerraUSD, y para colmo TerraUSD no apenas vale 0,15 céntimos de dólar. Por lo que podríamos casi asegurar que una stablecoin que no ha sido capaz de cumplir su única promesa, atar su valor al dólar, tiene un futuro muy negro.

Evidentemente, este colapso ha hecho tambalear el mercado de las criptomonedas, alimentando los estigmas propios de la red blockchain, de burbuja o incluso estafa, y por ende, empujando a todos los criptoactivos a la baja. Pero debemos recordar que este es un mercado del que aún se desconoce su potencial, y todavía se están probando multitud de experimentos. No significa que las criptos sean una estafa, todo lo contrario, cada vez más personas y empresas las utilizan en su día a día, sobre todo en países de baja seriedad monetaria. Sin embargo, por eso una adecuada formación, en lo que se está invirtiendo es fundamental, y nunca deberíamos meternos, por muy jugoso que parezca, en un mercado que no entendemos, sean acciones, criptomonedas o materias primas.

Una correcta formación nos permitirá discernir los proyectos con valor real, de las burbujas, de aquellos que desde el principio fueron un fraude y solo saben vender cantos de sirena. Hablamos de educación financiera, algo que una vez más, ha quedado patente que es más necesario que nunca en estos momentos de incertidumbre económica.