El pasado mes de junio, Pablo Isla, el presidente de Inditex (BME:ITX), presentó el plan estratégico para los años 2020-2022. En el cual ya anticipaba la ampliación y la aceleración de la transformación digital.

Anunció que se iban a invertir unos 1.000 millones de euros para el impulso de la actividad online y otros 1.700 millones para la actualización tecnológica de la plataforma integrada de tiendas.

Ahora, se ha conocido que cerrará todas las tiendas físicas de las marcas secundarias en el mercado chino.

Esta decisión de desinversión estratégica de la compañía gallega ha sido tomada con el objetivo de invertir todos esos recursos en el desarrollo de su canal online.

Aunque parezca una estrategia insensata -ya que el mercado chino es el más grande del mundo-, si analizamos en profundidad, no lo es. La razón es que el público target de estas marcas está más acostumbrado a comprar a través del canal online antes que de visitar las tiendas.

Es más, la demanda asiática de este tipo de público ya se concentra en el consumo a través de plataformas online, así que es una decisión a largo plazo muy sensata.

Según este plan, las ventas por este canal alcanzarán más del 25% del total de la facturación de Inditex en 2022, lo que significa casi duplicar este porcentaje respecto 2019.

Aunque cierre estas tiendas, no quiere decir que la compañía dejará de operar en este mercado, sino que promocionará las ventas online y las recogidas en puntos de recogida o el reparto en la casa del cliente.

En concreto, cerrará un total de 93 tiendas físicas ubicadas en la China continental: 37 de la marca Pull&Bear, 34 de la marca Bershka y 22 de la marca Stradivarius.