Aunque los efectos del cambio climático -inundaciones, largas sequías, huracanes, etc- son, en general, negativos para la sostenibilidad económica, también representan un interesante desafío y una oportunidad de crecimiento para muchas empresas que buscan innovaciones enfocadas a esta nueva situación.

Por ejemplo, el sector de la biotecnología es clave para el desarrollo de nuevas variantes de cultivo que resistan los climas extremos y que se adapten a los nuevos hábitats, así como de biofertilizantes para mejorar la calidad del suelo.

También es importante la aportación de las empresas biotecnológicas en el campo de las energías renovables, con la generación de biocombustibles que reduzcan nuestra dependencia de los combustibles fósiles. 

Las empresas biotecnológicas en Estados Unidos, país que lidera el crecimiento del sector, ya generan ingresos superiores a los 100 mil millones de dólares. Y aunque la mayoría provienen de la industria sanitaria y farmacéutica, más de un 30%  tienen que ver con  el Medioambiente, la Agricultura y las Tecnologías industriales.

Por otro lado, el sector de la construcción está viendo también una oportunidad de crecimiento con el cambio climático. Su reto es innovar con viviendas y estructuras que tengan una mayor eficiencia energética, que soporten catástrofes naturales o que se adapten al aumento del nivel del mar. De hecho, la ONU ya ha impulsado proyectos de ciudades flotantes sostenibles, como Oceanix City, que se compondría de plataformas modulares con capacidad para 300 residentes cada una.

Por último, otro sector que está innovando frente al cambio climático es el de la automoción, con el desarrollo de automóviles y otros medios de transporte alimentados por energía eléctrica, por energía solar o por hidrógeno.