Desde hace años vienen siendo noticia los litigios en los cuales el sector bancario se ha visto involucrado. Preferentes, cláusulas suelo y, ahora le toca el turno de muchos ahorradores que han caído en la trampa de las tarjetas ''revolving'' o ''telas de araña''.

Este producto financiero en forma de tarjetas de crédito está en el punto de mira por sus tipos de interés abusivos, los cuales se situan entre el 24% y 30% TAE, incluyendo comisiones. La forma más usual de amortizar la cantidad prestada es mediante una cuota fija mensual.

Así por ejemplo, si un consumidor quisiera financiar un viaje de 1.500 euros contratando una tarjeta "revolving" y pagando una cuota mensual de 50 euros al 25% TAE, tardaría cuatro años en liquidar el pago y el viaje acabaría costándole cerca de 2.400 euros.

Aunque estos tipos de interés son altos, este tipo de crédito es una forma más de financiación. No obstante, el problema radica en que si esta cuota mensual no cubre ni los intereses que se han generado, el préstamo se vuelve perpetuo, es decir, nunca consigues amortizarlo.

Ha habido casos de que después de casi 10 años pagando cuotas mensuales, no solo no se ha reducido la deuda, sino que ésta se ha incrementado. En nuestro caso anterior, si en vez de pagar una cuota de 50 euros pagásemos una de 30, los intereses se acumularían y provocaría que nunca terminásemos de pagar la deuda, es más ésta incrementaría.

Esto ha provocado que se acepten las demandas en los tribunales por tipos de interés abusivos e incluso por falta de transparencia en su venta.

El Tribunal Supremo, en 2015, ya declaró nulo un contrato de este tipo que lo calificó de préstamo usuario al aplicar tipos de interés desorbitados.

El ministerio de Economía está ultimando un anteproyecto de ley en la que se aspira a reducir los abusos en la comercialización de productos financieros por parte de las entidades bancarias, ya que las demandas provocadas por éstas practicas colapsan los juzgados.