Actualmente, más de 4.000 pueblos en España no tienen oficina bancaria y la solución más fácil para sus habitantes- al menos, los más jóvenes- estaría en el uso de las fintech y los neobanks.

Los motivos por los que multitud de oficinas bancarias han ido desapareciendo en la última década son varios. Al cierre de decenas de firmas por la crisis, se suman las fusiones y absorciones entre entidades, la necesidad de reducir costes o el proceso de modernización y digitalización que están llevando a cabo algunas de ellas.

Todas estas razones han provocado que se reduzcan a 26.011 las oficinas bancarias en España según cifras de 2018, de las 45.707 oficinas que había en 2008.

Los recortes en sucursales y personal no cesan en 2019, ya que a inicios de semana se daba a conocer el ERE del Banco Santander que contempla 3.713 despidos y el cierre de 1.150 oficinas -el 26,4% del total de oficinas en España-. 

Por otro lado, hace una semana, CaixaBank aprobaba otro ERE en el que dejaba sin empleo a 2.023 trabajadores y cerraba alrededor de 800 sucursales en territorio español.

Estos eventos dan pistas de las dificultades que vive el sector actualmente y no están pasando desapercibidos en bolsa. Entidades como Deutsche Bank (DBK.DE) o Banco Sabadell (SAB.MC) están tocando mínimos históricos, con el peligro que esto conlleva, ya que fue justo lo que les ocurrió, antes de quebrar, a otras entidades, como Banco de Valencia o Banco Popular.