Una de las mayores amenazas a las que hoy día se enfrentan las empresas en el mundo es el cibercrimen, que aumentó un 10.000% entre 2011 y 2017.

Aunque la transformación digital ha mejorado tanto la forma de comunicarnos como las transacciones comerciales, también ha introducido nuevos riesgos de seguridad. Y es que el volumen de datos ha aumentado casi 40 veces en los últimos años, por la explosión de aplicaciones, puntos de acceso y dispositivos conectados.

Se calcula que el robo de información, los virus informáticos y otro tipo de ciberataques costarán a las organizaciones públicas y privadas en torno a 6 billones de dólares (más de 5 billones de euros) en 2021, lo que representa un 0,8% del PIB a escala global.

Estas cifras desorbitantes representan un gran desafío no solo para los estados, sino también para todas las empresas que convergen en el mercado de la ciberseguridad, el cual se espera que crezca más del 10% anual de aquí a 2023.

Muchas son las empresas del sector de la tecnología y la seguridad que están implicadas en la lucha contra el cibercrimen. Treinta y cuatro de ellas crearon el año pasado una alianza bajo el nombre de "Cybersecurity Tech Accord".

Por otro lado, a la hora de buscar y desarrollar nuevas soluciones de seguridad en la red, se está recurriendo cada vez más a la Intgeligencia Artificial, por su capacidad de operar a escala y filtrar millones de incidentes para identificar anomalías, riesgos y señales de amenazas futuras.

Tanto las firmas cotizadas- Splunk Inc (SPLK), SecureWorks Corp (SCWX), Rapid7 Inc (RPD), Palo Alto Networks Inc (PANW), etc- como numerosas startups de ciberseguridad surgidas en los últimos cinco años, emplean el aprendizaje automático en sus herramientas contra los ciberataques. Según la consultora ABI Research, el uso de "machine learning" en ciberseguridad impulsará una inversión en big data, inteligencia y analítica hasta los 96.000 millones de dólares en 2021.