El sector de la automoción en China se ha fortalecido mucho en la última década. Y, desde que en 2009, el país asiático se convirtiera en el mayor mercado de automóviles del mundo, los coches chinos se están haciendo cada vez más visibles al resto del mundo. No olvidemos que de las 34 marcas con más ventas en todo el planeta, ocho son chinas.

Aunque los fabricantes de coches chinos han preferido consolidar el mercado nacional antes que lanzarse a la exportación, hay empresas que llevan tiempo asociándose con compañías internacionales que fabrican en China o incluso comprando marcas foráneas.
Una de ellas es Geely (Geely Automobile Holdings Limited), el fabricante de automóviles que más rápido ha crecido en China y que cotiza en la bolsa de Hong Kong con el código 0175.HK.

En 2010, Geely compró Volvo a Ford por 9.000 millones de euros cuando la marca estaba en crisis y, seis años después, alcanzó un récord histórico de ventas (534.000 vehículos).

Posteriormente, el fabricante chino adquirió la firma británica de taxis The London Electric Vehicle Company, así como la mitad de PROTON Holdings y una participación mayoritaria en Lotus Cars. Además, este año se ha convertido en el mayor accionista de Daimler-Mercedes.

Por otro lado, Geely apuesta decididamente por la innovación y el año pasado compró la start-up Terrafugia, que ha desarrollado el primer automóvil volador del mundo. Se llama Transition y Geely lo sacará a la venta el próximo mes de octubre, aunque solo se ofrecerá al mercado estadounidense.

En principio, no está pensado para cualquier conductor, puesto que es un biplaza que necesita de despeje y aterrizaje como los aviones convencionales. Pero puede usarse también como un automóvil terrestre normal y el objetivo es competir con el uso de aviones por parte de empresas, gobiernos y firmas de transporte.