Hace unos días, se daba a conocer la mayor recompensa concedida por la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC) a particulares que han denunciado irregularidades en el mercado bursátil.

Dicha recompensa del regulador americano asciende a 83 millones de dólares (más de 67 millones de euros), que ha otorgado a tres personas por aportar información significativa a la hora de perseguir y combatir posibles violaciones de las leyes de valores.

Y es que, en 2012, la SEC empezó a aplicar el programa de recompensas en el marco de la Ley de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor Dodd-Frank.

Se trata de bonificar a empleados de compañías financieras que informen voluntariamente a las autoridades sobre irregularidades cometidas por su empleador. Si el importe de la multa excede el millón de dólares, el denunciante puede recibir entre el 10% y el 30% del monto.

Los pagos de las recompensas se realizan a través de un fondo de protección al inversor establecido por el Congreso y financiado mediante sanciones monetarias pagadas por los infractores.

Sin embargo, no pueden beneficiarse de estas recompensas ni los contables independientes, ni los abogados, ni los funcionarios extranjeros ni tampoco aquellos que hayan obtenido la información sobre infracciones de forma ilegal.

Según la SEC, desde que se emitió el primer laudo en 2012 se ha recompensado con más de 262 millones de dólares (212 millones de euros) a 53 denunciantes.