En Eurekers, siempre hemos advertido del riesgo de invertir con apalancamiento. Hay que saber muy bien cómo operar al contado antes de probar cualquier tipo de endeudamiento en bolsa.

Parece que muchos inversores americanos no están valorando bien ese riesgo, a juzgar por las cifras récord que está alcanzando el llamado "Margin-debt" o margen de deuda, es decir, el dinero que los inversores particulares toman prestado de sus brókeres con la esperanza de fortalecer sus carteras y maximizar sus rentabilidades.

Según la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera, esa deuda superó los 665.000 millones de dólares el pasado mes de enero.

Incluso, el regulador llegó a activar una alerta advirtiendo de que "los inversores podrían estar subestimando los riesgos de operar con margen de deuda", lo que implica usar parte o la totalidad del portafolio como garantía. Uno de los riesgos es el "margin call", una llamada de atención que hace el bróker al inversor cuando el dinero del que dispone en su cuenta es insuficiente para cubrir las posiciones abiertas. Si se hunde el valor de la inversión, el bróker puede pedir una reposición del efectivo de la cuenta o liquidar el portafolio sin permiso.

De hecho, las "margin calls" se citan entre las razones de la venta masiva que provocó la caída del mercado en más del 10% a principios de febrero.

El propio Warren Buffett recordaba el pasado sábado, en su famosa carta anual a los accionistas de Berkshire Hathaway, que tanto él como su socio Charlie Munger nunca han sido partidarios de endeudarse para invertir, ya que "incluso si tu apalancamiento es pequeño y tus acciones no se ven amenazadas de un modo inmediato al llegar la corrección, tu mente se asustará por los titulares alarmantes y los comentarios catastrofistas". Sin embargo, afirma Buffett que para un inversionista equilibrado que no está endeudado durante una caída del mercado, hay "oportunidades extraordinarias".

Con 76.500 millones de dólares, la de Warren Buffett es la cuarta mayor fortuna privada del mundo. El pasado mes de diciembre, las acciones de su compañía superaron por primera vez 300.000 dólares por título, después de la reforma fiscal de Donald Trump.