El próximo 24 de octubre, se cumplen 88 años del Crack del 29, que empezó con el Jueves Negro, día en que las acciones cayeron un 11% en la Bolsa de Nueva York. Este desplome bursátil fue a peor el Lunes Negro y el Martes Negro (28 y 29 de octubre), con caídas entre el 40% y el 60%.

Esos días, el pánico se desató y se inició la Gran Depresión, la mayor recesión económica mundial de la historia moderna, que, en el caso de Estados Unidos, se tradujo en diez años de crisis, con más de 4000 bancos quebrados, miles de negocios paralizados y tasas de desempleo que llegaron al récord histórico del 25%. Justo después del Jueves Negro, 100.000 trabajadores perdieron su empleo en solo tres días.

Hay que recordar que antes del Crack, Estados Unidos atravesaba por una etapa de gran prosperidad, gracias al crecimiento industrial. El país era visto como la tierra prometida y ese clima de confianza favoreció la inversión. Gran parte de la población compró acciones y Wall Street se convirtió en el centro de la economía mundial.

Hasta finales del 29, la compra de acciones creció casi un 90%. Había gente que incluso pedía créditos a los bancos para invertir en bolsa. La especulación financiera hacia ganar dinero rápidamente y esto provocó que las acciones estuvieran sobrevaloradas. Esos inversores se arruinaron con el desplome del Jueves Negro. Muchos se suicidaron.

Después del Crack del 29, el Promedio Industrial Dow Jones no volvió a subir hasta principios de 1930, pero pronto retrocedió de nuevo.

Recordemos que el del 29 no ha sido el único crack bursátil que se ha producido en el mes de octubre. El crack del 19 de octubre del 87, del que hace poco se cumplieron 30 años, no tuvo las repercusiones históricas del que dio lugar a la Gran Depresión, pero sí fue mayor en términos numéricos, ya que se vendieron 600 millones de acciones en una sola jornada (la caída en Wall Street fue del 22,6%).

Afortunadamente, este mes de octubre no pasará a la historia por otro crack.