Hace unos días, se publicaba la noticia de que la compañía juguetera Toys´R´Us había solicitado la bancarrota por su elevada deuda, cercana a los 5.000 millones de dólares.

Los malos resultados de la firma americana, con sede en Nueva Jersey, afectan a sus principales acreedores, Mattel y Hasbro, que son dos de los mayores fabricantes de juguetes a escala mundial y vieron cómo sus acciones caían al día siguiente de conocerse la noticia.

Recordemos que Toys´R´Us llegó a ser el minorista del sector juguetero más grande del mundo. Cotizó en bolsa de abril de 1978 a julio de 2005 e intentó volver a los mercados financieros en 2011, pero la operación se paralizó coincidiendo con la caída de sus ventas.

La bancarrota de Toys´R´Us se produce solo cinco meses después de que Imaginarium, otro viejo líder de ventas, pidiera el rescate bancario tras acumular una deuda de 40 millones de euros.

Estas quiebras nos pueden sorprender si tenemos en cuenta que el consumo mundial de juguetes crece anualmente un 2,8% de media (6,1% en el caso de España), según el último informe del Instituto Internacional de la Industria Juguetera y la consultora NPD.

Sin embargo, no podemos olvidar que firmas como Toys´R´Us o Imaginarium, al igual que los minoristas de otros sectores, se han visto arrasadas por el creciente dominio de Amazon y el auge de otras plataformas de comercio electrónico, como Walmart o Target.

Por tanto, es muy difícil que los grupos minoristas del sector juguetero o de cualquier sector puedan sobrevivir y mucho menos crecer si siguen basando su modelo de negocio en una gran cadena de tiendas físicas y no desarrollan un modelo digital efectivo acorde con las tendencias de consumo.